jueves, diciembre 13, 2018

Memorias del subsuelo. Fedor Dostoievski. (Mi lectura)


EL ANTIHÉROE QUE QUERÍA SER HÉROE 
Y FRACASÓ EN TODO


Memorias del Subsuelo de Dostoievski

Hace tiempo que tengo olvidado a Dostoievski. Buscando libros cortos para completar el reto de Goodreads encontré el registro de MEMORIAS DEL SUBSUELO.
Un profesor me recomendó este libro, hace años, para conocer una forma de escritura desde la visión de un marginal. A raíz de esta recomendación, me imaginé una novela similar a la de Benito Pérez Galdós, Misericordia, que leí hace muchos años. Cosas de la mente que ata sin que uno le pida.
Memorias del subsuelo trata de un hombre de cuarenta años que vive en un sótano miserable en PETERSBURGO, Rusia. Vive solo, nunca vivió con nadie, prácticamente, y no tuvo una infancia feliz y familiar. Fue despreciado desde niño pasando de familia en familia, por lo que deja entrever. A raíz de una enfermedad hepática que siente tener, de creer que se muere, decide escribir unos diarios a lectores imaginarios para que, al menos, un futuro lector pueda sentir algo por él, lo que sea, sentimiento del que hablaré luego. Ese lector, obvio, somos nosotros.
Esta novela fue publicada en 1864. Es increíble como, luego de tanto tiempo, se lee como una voz actual. No solo la distancia temporal, sino espacial, ya que el autor es ruso.
En esta entrada me concentraré en la PSICOLOGÍA DEL PERSONAJE, lo que más me gustó de la obra.




Memorias del Subsuelo de Dostoievski


Memorias del Subsuelo de Dostoievski

La novela está escrita en PRIMERA PERSONA. La voz del narrador es intensa, dice sin vueltas, habla sobre su vida exponiéndose (como mecanismo de auto humillación); analiza la sociedad y al ser humano desde su visión “privilegiada” del subsuelo. Digo privilegiada porque desde allí él puede ver lo bajo de los seres humanos, la mugre que esconden bajo la alfombra.
La obra está estructurada en DOS PARTES. Una primera donde él se justifica y se presenta, intenta enganchar al lector, ya sea despertando lástima (es un enfermo a punto de morir), odio (es una persona cruel y maltratadora) o compasión (nunca fue amado). Difícilmente uno pueda permanecer indiferente ante lo que dice el narrador. Leyendo algunas reseñas, algunos dicen que él es un hombre cruel y malvado. Para mí no lo es. Todo lo contrario. Es más, me despertó mucha ternura. 
En la segunda parte de la novela, cuando el protagonista enganchó al lector, le cuenta sucesos dolorosos de su vida. Esos que nos convierten en lo que somos, como a todos.


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Durante toda la novela el protagonista dice una cosa, luego dice otra, vuelve a lo primero. No porque intente jugar con nosotros, por cruel, según yo entendí, sino porque intenta despertar algún sentimiento en nosotros, el que fuere. Eso es mejor a ser ignorado.
No me pareció una persona malévola y cruel, patológica, sino un ser humano que fue maltratado desde la infancia (fue abandonado). Pero no está solo en esta carencia, los demás también están anulados, incapaces de sentir compasión por los demás. Fingen porque les conviene, fingen compañerismo, pero fingir enmascara la incapacidad de relacionarse con el otro por lo que el otro es, más allá de lo que yo necesito del otro. ¿Les suena conocido? Creo que sí, y es una de las cosas que la gente se queja hoy día, de la falsedad de la vida social, muy evidente en los ambientes laborales. Me imagino la tortura de los after office y eventos afines.

En aquella época, sólo tenía veinticuatro años. Mi vida era ya lo que es hoy: una vida sombría, desordenada y ferozmente solitaria. No tenía relaciones, no cruzaba la palabra con nadie y sólo pensaba en ocultarme en mi rincón.

Él, para los demás, es un invisible; también, lo necesitan para mantener el orden del mundo social. En la calle debe ceder el paso a todos porque es un hombre del subsuelo. ¿Cuántas personas existen para cumplir el rol de objeto para que otra consiga éxitos sociales?
A pesar de endeudarse para encajar, de comprar ropa elegante, de meterse en reuniones, de intentar dialogar, solo encuentra rechazo. Pero no golpes, incluso prefiere que lo arrojen por la ventana. Pero él  es ignorado, humillado, según siente. Como decimos los argentinos: “ni lo registran”.  Y si lo registran, él ya está anulado, ya no puede conectar, solo puede odiar.


En mis sueños subterráneos
sólo he podido concebir el amor como una lucha.
 

Desde su postura de marginal, intentando comprender a las personas para poder establecer un vínculo con ellas, desarrolla una observación mordaz y dura sobre la conducta humana. Yo soy también una pesimista como él, y hasta coincido en muchas de sus observaciones.

El hombre sólo se fija en su sufrimiento:
no se detiene a pensar en su felicidad.

En nuestra época, todo hombre decente
es forzosamente cobarde y un esclavo.


¿Cómo sobrevive? SOÑANDO sobre lo “sublime y bello”, imaginando otra vida, leyendo, amparándose en el arte, auto humillándose y castigándose. Justo estoy leyendo Libro del desasosiego de Pessoa y desarrolla una idea similar (¿sincronicidad?):  los sueños siempre deben permanecer como sueños porque es la vida más bella, produce mucha alegría soñar; si intentamos cumplirlos, se nos rompen y ya no podemos volver a soñar sobre ellos.
¿Cómo se presenta el protagonista al lector? Diciendo: “Soy un enfermo. Soy un malvado. Soy un hombre desagradable”. Dudo que lo sea; creo que el estigma se le transformó en emblema, como leí en un libro de ciencias sociales que no recuerdo cuál era, qué mal. Es decir, de tanto que le dijeron idiota, él se identifica como idiota. “Soy idiota”, termina por decir y se lo cree. El estigma se le vuelve carne. Él se vuelve el estigma.

Para mí, el personaje no es malvado ni cruel, sino que nunca fue amado. Al ser siempre rechazado, desde la niñez, rechaza antes que lo rechacen, golpea antes que lo golpeen, desprecia antes que lo desprecien. Este mecanismo se le tornó modelo de relación social. Prefiere odiar a ser rechazado en el amor. Por temor a que me peguen, doy el primer golpe. Esto lo veía en la escuela cuando trabajé de maestra con los niños golpeados por aquellos que debían amarlo. Entonces, él rechaza y es rechazo, pero se acerca porque no quiere ser rechazado, pero es rechazado y entonces rechaza de nuevo. Así, en un círculo infinito que no puede romper. Así le pasa también con el amor que se le vuelve odio, con la admiración que se le vuelve desprecio, con la seguridad que se le vuelve orgullo.
Como no puede ser héroe, se autodenomina ANTIHÉROE. Pero decir no es hacer. Al fin, quiere un sitio donde encajar. Aunque se presenta de esta manera, no me pareció un antihéroe, sino un ser humano más. Lo que hace, lo que dice, es humano, demasiado humano. ¿Es más fácil ser odiado que amado? Yo creo que sí, porque para ser odiado basta con decirle a alguien “sos una mierda”. Lograr que te amen es mucho más difícil y sobre todo si sos un marginal. Paris Hilton, con dinero y belleza, tiene una gran éxito social, y tendrá amor y parodias de amor. Un señor que vive en la alcantarilla no tiene ni dinero (obvio, de lo contrario no viviría allí) ni belleza (para ser bello hay que tener dinero), ni éxito social, ni amor, ni siquiera fingimientos amorosos. Solo está él y los otros, como dice el protagonista de esta novela: «No me parecía a nadie y nadie se parecía a mí. “¡Soy único, mientras ellos, son todos!”, me decía.».


TRAS LOS PASOS DEL FUNCIONARIO (RETO)
Los sucesos de la novela acontecen en . También se menciona: Av. Nevsky, calle Miesstchanskia, Cementerio de Volkovo, jardines de Yusupov.


Memorias del subsuelo




Memorias del subsuelo es una novela bella y dura, que narra sobre los FRACASOS. El fracaso individual de un ser humano que no supo amar a pesar de la adversidad. El fracaso individual de los demás que no supieron, o quisieron, amar a alguien que habita en el subsuelo del mundo. El fracaso social que patea a los márgenes a las personas, que quedan abandonadas para solo ser escalón para que los demás suban.
La recomiendo para comprender nuestra sociedad y la importancia de GENERAR RELACIONES SOCIALES que integren a los excluidos. Y a los que gustan de escribir, para aprender a construir un personaje complejo. 
Y cierro con:

Memorias del Subsuelo de Dostoievski


¡Besos y buenas lecturas!

4 comentarios:

  1. Pues no conocía esta novela. Y parece una muy buena opción para volver a acercarme a este autor ruso.
    Besotes!!!

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    1. Hola, te la recomiendo, es excelente y muy bien escrita. Se lee muy rápido. Besos!

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  2. ¡Enhorabuena por tu magnífica reseña, Keren! Me gustó mucho.

    Dostoievski tenía mucho respeto por sus personajes y eso es algo que mucha gente no aprecia. A mí tampoco me parece el prota de "Memorias..." un tipo cruel o malvado, sino más bien un pobre desgraciado que ha renunciado a la vida en sociedad para evitar respirar entre tanta basura hipócrita.

    Sobre lo de que primero dice una cosa, luego otra y luego vuelve a la primera, te recomiendo echarle un ojo a los estudios que tiene Mijail Bajtín y sus compinches sobre la prosa de Dosto. El comienzo de "Memorias..." lo usábamos en clase de Lengua Literaria para hablar de "dialogismo interno", junto con el ejemplo que colgaré en mi blog en un par de días ("Pobres gentes"). La idea de Bajtín es que para que un personaje parezca humano, debe serlo con todas sus contradicciones, con todas sus voces internas en pugna. La contradicción, además, nos da una información. En este caso, la información que yo interpreto cuando el narrador dice primero que es un hombre enfermo y terrible y luego que quizás no está tan grave como parece y que la culpa de su carácter la tiene la sociedad podrida en la cual vive es que, en realidad, no termina de creerse del todo ese epítito que le han colocado. Su posición como hombre del subsuelo es una anticipación a ese daño y al dolor de la incomprensión, un epíteto que él mismo se autoimpone para no aceptar el de los demás, para no ser el último mono en cualquier lugar que pisa.

    Y en cierto modo, es un acto de rebeldía y de liberación. Por ahí podría pasar por intentar ser una suerte de antihéroe, aunque, todo hay que decirlo, este arquetipo del antihéroe se establece sobre todo varias décadas después con Hamsun, Céline y cía., por lo que señalarlo como tal sería un poco pillar el término con pinzas. También hay que señalar que el tipo no está completamente liberado, sino que se va fustigando día tras día con su pasado, viviendo un auténtico infierno personal porque no sabe vivir de otra manera.

    En cualquier caso, muchas gracias por esta superreseña, Keren. Me alegro de que hayas disfrutado el libro y hayas encontrado una enseñanza necesaria. Espero que no te haya dejado demasiado mal cuerpo, porque Dosto rezuma tristeza y pesimismo haya por donde pasa. ¡Ah! ¡Y ánimo con tu reto!¡Y abrazos desde España!

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    Respuestas
    1. Hola. Me alegra que te gustara la reseña. Gracias por la info que me pasás sobre Mijail Bajtín, encontré "Problemas de la poética de D" para leer.
      Esta novela fue una lectura muy interesante que me hizo anudar con un montón de otras lecturas. Y yo soy una pesimista así que me hubiera llevado bien con el hombre del subsuelo.
      Espero tu reseña de Pobres gentes, no lo leí pero lo voy a poner para enero. Besos desde Argentina!

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