Comencé a ver la serie de Netflix de Por trece razones y
la dejé porque quise leer antes el libro. Por fin me puse a leerlo y no me
arrepiento ya que fue una lectura entretenida.
Por trece razones es la primera novela de Jay
Asher. Fue publicada en el 2007 y fue un éxito de ventas. La obra trata de las razones, expuestas en
una serie de cintas, que llevaron a Hanna Baker a suicidarse. Es ella misma
quien las graba y cada cinta está dedicada a ciertas personas donde expone todo
lo que le hicieron a ella cada una de estas personas que ella nombra. Cada uno
de ellos debe escuchar la cinta y pasarla al siguiente en la lista.
Hanna
Baker es una
estudiante nueva del instituto, una adolescente como cualquiera. Se enfrenta a
la ferocidad de la adolescencia, donde aparecen las competiciones de quién es
más lindo, a los primeros encuentros románticos, las primeras borracheras,
rechazos y fiestas.
Me atrapó, más que la
historia en sí, la forma en que la novela está contada. En cursiva aparece la
voz de Hanna, grabación tras grabación, intercalado con lo que piensa y hace el
protagonista, Clay Jensen, en tanto escucha las cintas.
A medida que pasan
las grabaciones, conocemos a los otros personajes, pero solo a través de Hanna
y de Clay. Los demás no tienen voz ni tienen manera de defenderse, ni de dar su
punto de vista de los sucesos.
Toda la trama se
desarrolla en una noche, durante el momento en que Clay escucha la voz de Hanna
y recorre los lugares donde sucedieron los acontecimientos que ella narra.
Un aspecto positivo
de esta obra es la escritura ágil, que hace que se lea muy rápido. Además, los
personajes cambian y uno puede seguir la transformación, aspecto que quiero
desarrollar más abajo en la sección de spoiler.
El mensaje principal de la obra es entender que siempre uno afecta a alguien más con sus
acciones. Por más que la acción sea no saludar o girar la cabeza, o una
broma que parece tonta, puede afectar mucho a otro, directa o indirectamente.
Parece inspirado en el efecto mariposa:
el aleteo de una mariposa puede desatar una tormenta del otro lado del planeta.
Se me hizo una
lectura novedosa porque, por momentos, me parecía estar en un videojuego, por
eso de ir marcando lugares, haciendo una lista con personajes. Eso hizo que me
metiera aún más en la historia.
También recordé puntos en común con otra
novela que leí hace rato, Violet y Finch.
En ambas aparece el tema de recorrer sitios para despertar nostalgia, para
enfrentarse a las ausencias.
Como aspectos
negativos, ciertos aspectos de la trama no me cerraron, y sentí que perdía
verosimilitud.
Es una novela interesante, sobre todo por cómo está contada más que por el tema de las relaciones conflictivas entre adolescentes.
Por otro lado, en esas trece razones y en esa
lista de culpables falta alguien: Hanna Baker.
Me preocupa la romantización del suicidio adolescente, que tomen la obra
como un canto de libertad y rebeldía social. El bullying es la primera causa de
suicidio adolescente, según la OMS (1). Distinto sería si nos mostraran que uno
puede luchar contra el acoso y seguir vivo.
Buenas lecturas y hasta la próxima…
SPOILER (seleccionar para leer)
Pobre Clay, pensé. Está ahora en una situación horrible. Ahora los
demás saben que él es el buenorro y el acoso irá contra él, ya que saben que no
tiene esa malicia para defenderse o vengarse. Ahora él deberá convivir con los
demás, sabiendo qué hicieron los otros. Por lo tanto, Clay ahora es cómplice.
Si no dice nada sobre la violación de esa chica en tanto ella estaba
alcoholizada, es cómplice de violación. Si lo dice, debe también decir lo de
las cintas. Y Clay se convierte en el buchón, en el traidor de ese pacto social
que hace el silencio, del cual también Hanna formaba parte.
La novela me dio un mensaje opuesto del que el
autor pretende dar, por eso me puse a leer otras reseñas. El mensaje que obtuve
es que ella era peor que todos los demás. Porque vio la violación y no hizo
nada, ni siquiera la denuncia, y porque lo pone a Clay en una situación
horrible por ser bueno. La maltratadora que se suicida porque la han
maltratado.
Al comienzo sentí pena por ella, me pareció
una víctima y Clay el victimario, pero la víctima es Clay, no ella. Hanna se
transformó en una manipuladora. Incluso, ella lo dice, que ella vio la
violación y no hizo nada.
REFERENCIAS
1.https://diariofemenino.com.ar/df/el-bullying-primer-causa-de-suicidio-adolescente-segun-la-oms/