Autor: Henry James
Año: 2011
Editorial: de bolsillo
Páginas: 204
Isbn: 9789875667525
Género: narrativa – novela de terror
Título
original: The Turn of the Screw © 1898, Henry James
Otra vuelta de
tuerca está considerada la novela de fantasmas por antonomasia y un hito
insoslayable en la literatura universal. Protagonizada por una joven
institutriz al cuidado de dos niños en una mansión victoriana, a lo largo de la
narración intervienen presencias y personajes tal vez sobrenaturales. La
anterior institutriz y el sirviente murieron en extrañas circunstancias. ¿Cuál
es el secreto que se oculta entre los muros de la mansión? Para descubrirlo, el
autor nos conducirá magistral mente por los vericuetos de la historia en un
sostenido e inquietante crescendo.
La
historia nos había mantenido alrededor del fuego lo suficientemente
expectantes, pero fuera del innecesario comentario de que era horripilante,
como debía serlo por fuerza todo relato que se narrara en vísperas de navidad
en una casa antigua, no recuerdo que produjera comentario alguno aparte del que
hizo alguien para poner de relieve que era el único caso que conocía en que la
visión la hubiese tenido un niño.
Leí este libro ya que lo recomendaron como
ejemplo de los cambios en los puntos de vista.
Es una novela amena y de lectura veloz que
nos mantiene en suspenso hasta la última página.
El
autor comienza narrando una reunión donde prometen contar un suceso extraño a
partir de una lectura de unos manuscritos escritos por una mujer. Luego,
comienza la narración de los sucesos, por lo tanto, somos los “lectores” del
manuscrito de una institutriz recién
contratada en la mansión de Bly para cuidar de dos hermanos: Flora y Milton,
huérfanos y que quedaron al cuidado de un tío. Este último nunca está en esa
residencia la cual es solo atendida por empleados.
Debo dejar aquí sentado con toda claridad que aquel relato,
tal como lo transcribí muchos años más tarde, es el mismo que ahora voy a
ofrecer a mis lectores.
En
el transcurso de la su estancia en la casa, la nueva institutriz conoce los
secretos y observa hechos extraños. En nuestra lectura seguiremos con detalle
los pensamientos y las reflexiones de la protagonista en un diálogo íntimo y en
la exposición de un dramatismo que por momentos me pareció algo forzado pero
hay que considerar que fue publicada hace más de cien años.
En algunos instantes me pareció que era un
ejemplo de un narrador que sabe menos
que los personajes, todo el tiempo se le escapa la verdad, y el lector
participa también de estos hechos que no se terminan de cerrar. Será el lector
quien interprete, de manera demasiado abierta para mi gusto, qué fue lo que
pasó. Me parecía escuchar entre susurros a los personajes contar sus secretos o
evadir sucesos vergonzantes. Esta confusión, este desconocimiento, otorga una
atmósfera de irrealidad.
¿Cómo puedo volver hoy a todos los pasos de mi obsesión?
Uno
de los puntos que me gustaron del libro es el
tratamiento de la psicología del personaje, armándolo a partir de sus
miedos, la vivencia de ciertos sucesos y la obsesión por esos niños. Otro punto
a favor son los silencios, la manera como insinúa y luego dudamos si quiso
decir, por ejemplo, algo que vivieron los niños pero no lo dice, o sobre si fue
o no una obsesión la de la institutriz ante la belleza y la pureza de los
niños. La lectura es como una insinuación permanente, como algo que se nos
cuenta una noche de tormenta en susurros y, como estamos lejos, no podemos escuchar bien y se nos pierden
ciertas palabras, esas que nos faltan para terminar de entender la historia que
nos están narrando. Hay que reconstruir lo elidido, lo evaporado, en ese plano
de confusión y ahí aparece el lector. Incluso no sabemos el nombre de la institutriz.
Otro
aspecto que me gustó fue la forma de narrar para adentrarnos en la época donde
en las relaciones humanas se adornaban de protocolos recargados y hasta ridículos,
formalidades, formas de comunicación medidas, el temor a decir algo inapropiado,
unos afectos que temen mostrarse. Por momentos, y aquí viene lo que no me
convenció, fue ese dramatismo tan exagerado y artificioso.
El sentido de confusión traspasa toda la obra y
es uno, como lector, quien debe darle una explicación. En este link pueden ir a leer mi
interpretación sobre el final: spoiler sobreel final.
HENRY JAMES MENCIONA A…
Recuerdo que el libro que tenía en la mano era Amelia, de
Henry Fielding.
HABLA DE
―
el
abandono
―
los
secretos de familia
―
la
ocultación de sucesos nefastos detrás de máscaras perfectas
―
la
inocencia de los niños en contraste con la corrupción del mundo adulto, del
papel de los rumores
―
la
soledad
―
los
miedos
―
los
rumores y la fascinación ante las desgracias y traumas ajenos
―
la
represión de los sentimientos y de las vidas vividas para colmar las
expectativas ajenas a costa de doblegar los deseos y de vivir una existencia de
impostura.
EL TÍTULO EN LA OBRA
Pero no es el primer caso que conozco en que se involucre a
un niño. Si el niño produce el efecto de otra
vuelta de tuerca, ¿qué me dirían ustedes de dos niños?
…pero que me exigía, después de todo, si quería hacerle
frente con éxito, dar sólo otra vuelta
de tuerca a una virtud humana ordinaria.
DEL PAPEL A PELÍCULA
A medida que leía el libro recordé una película
que vi hace muchos años porque me gusta Marlon
Brando. Así que esas imágenes me guiaron un poco la lectura, una pena,
porque incluso perdí un poco el sentido de la sorpresa. Recuerdo que la película, Los últimos juegos prohibidos
(The Nightcomers) de 1971, me había disgustado por algunas escenas eróticas
bastante desagradables y la visión de esos niños ya que no me gustan cuando
satanizan a los niños. Bueno, era más chica y era otro momento, quizás ahora
parezca algo livianito. La película en realidad es una precuela que narra la
relación que mantienen los dos empleados de la mansión ya muertos: Quint y
Jesse. En ella lo que se hace es darle otra explicación, de alguna manera, a la
novela.
La obra sirvió de inspiración para una película
que recomiendo, Los otros de Amenábar
del año 2001. Esta película me encantó. La vi ni bien salió y tiene un suspenso
increíble. Aún recuerdo cuando la estaba viendo en mi notebook, una noche de
tormenta, y un rayo cortó la luz. Pegué
un salto terrible, impulsada por el suspenso y el miedo de la película. La
recomiendo.
CONCLUSIÓN
Disfruté el libro y es un ejemplo de cómo es
posible meter miedo y generar terror sin apelar a los coágulos de sangre, ni a
lo bizarro y encima en pocas páginas. Como lectores, completamos siempre lo que
falta.
Por Keren Verna
Nota: he tomado las imágenes de: X - X