Agradezco a una amiga que me recomendó
esta obra de teatro: R.U.R de Karel Capek, un autor
checoslovaco que nació en 1890. Hacía mucho rato que no leía una obra de
teatro, aunque en mi adolescente me gustaban mucho y mi hermano coleccionaba
las de Casona.
Esta
obra de teatro fue escrita en 1920. Se estrenó en Praga en 1921 y en Nueva York
en 1922.
R.U.R. significa “Robots Universales
Rossum”, el nombre de la fábrica que construye robots. Y de esto trata
la novela, de una fábrica de robots, que hoy llamaríamos androides porque son,
externamente, iguales a los humanos. La nueva mercadería tiene fama mundial y
una enorme demanda. Los robots realizan los trabajos forzados, trabajan sin
parar, producen mucho más que un obrero. El dueño de la fábrica, Domin, los
llama “personas artificiales”, que no tienen alma, que son máquinas tan útiles
como una lavadora.
Fabricar trabajadores artificiales es como fabricar motores.
La idea del
invento no le pertenece, sino que fue creación de un tal Rossum, un filósofo
que quería crear humanos, pero no artificiales. Gracias a su hermano pudo
descubrir el misterio de emular a la naturaleza, pero con sustancias distintas.
No pude evitar
encontrar guiños en tantas obras posteriores. O quizás fue también mi
imaginación. Por ejemplo Glory, la androide de Fallout 4. Me imagino lo que
habrá sido esta obra en esa época, en pleno auge de las industrias, de los
electrodomésticos. Además, el impacto de la crítica de esta obra al capitalismo
y al consumismo. Hoy, ya estamos acostumbrados y forma parte de nuestro sentido
común, pero para entonces, sería una obra de mucha novedad.
En
varios momentos, el autor introduce una crítica
a la sociedad de esa época. Piensen que por entonces las fábricas estaban a tope, los obreros dejaban la vida trabajando
para las máquinas. Hasta los niños trabajaban y hacían ciertos trabajos por sus
manos pequeñas. Comienzan a surgir las
obras distópicas, que hablan de un futuro ya no maravilloso, como las
anteriores utopías. Ya no podemos creer ese futuro de progreso para el bien de
la humanidad. Ahora, nuestras creaciones nos hacen daño, nos asfixian, nos
dejan sin vida, somos esclavos del capitalismo.
Por eso los robots son trabajadores perfectos.
Domin: (...) ¿Qué tipo de trabajador cree usted que es el mejor desde un punto de vista práctico?Elena: ¿El mejor? Quizás el más honrado y más trabajador.Domin: No, el más barato. Aquel cuyas necesidades son mínimas.
Pero la crítica
no es solo hacia el capitalismo, sino al ser humano que creó al capitalismo,
que creó condiciones nefastas para el mismo ser humano, quien creó máquinas que
nos dominan, que nos convierten en esclavos. Como el reloj que siempre hay que
darle cuerda, o el celular que siempre debe ser cargado. Una ligazón hombre y
máquina. Una relación entre el creador y su creación.
Nadie puede odiar al hombre tanto como otro hombre. Convierte a las piedras en hombres y se lapidarán.
Esta frase
recuerda la de “el hombre es un lobo para el hombre”.
Pero
los robots harán todo lo que es duro y peligroso para las personas. Las
personas, con ese tiempo libre, pueden dedicarlo a otras cosas, al arte, a las
relaciones sociales. Y algo sale mal y durante las dos últimas escenas de la
obra de teatro tratará sobre la crisis y la resolución de la misma.
Saiz
Lorca (2002) cuenta que en tanto el
autor volvía en tranvía a su casa pensó hasta dónde podía llegar una sociedad
industrializada con sus avances tecnológicos. De aquí surgió la idea de unas
máquinas, idénticas al ser humano, un reemplazo para los trabajos, desde barrer
las aceras hasta manejar camiones y maquinarias industriales. Si lo pensamos,
ya tenemos máquinas que hacen el trabajo pesado: aspiradora que barre, picadora
que corta sola y ya no tenemos que usar cuchillos, lavadora de ropa que nos
libertó de lavar la ropa a mano. En lugar de tener cientos de aparatos, ya que
cada uno hace una sola función o dos, un robot haría todo esto junto. ¿Alguien
necesita uno en su vida?
Como
antecedentes de los robots recordé a los homúnculos y las creaciones de
alquimistas, el Golem, el hombre de barro creado por un rabino. También recordé
a Frankenstein. Todas esas obras que tratan sobre el hombre haciendo de dios.
CONCLUSIÓN
Me parece una obra interesante para
quienes gustan del tema de los robots, de las críticas a la humanidad; esas
obras que nos permiten comprender una época. Además, es una obra corta que se
lee en una tarde.