martes, diciembre 25, 2018

Oh gueto mi amor. Eduardo Halfon (Mi lectura)


OH GUETO MI AMOR  de EDUARDO HALFON


OH GUETO MI AMOR  de EDUARDO HALFON trata sobre un nieto que decide visitar el gueto donde su abuelo vivió durante la Segunda Guerra Mundial, en Lodz, Polonia. Antes de morir, su abuelo le dejó, en un papel amarillo, registrado el domicilio del departamento, una especie de herencia o de autorización ya que su abuelo se negaba a este viaje. Cuando su nieto viaja, se encuentra con una guía, una mujer misteriosa y de aire aristocrático, Madame Maroszek, que ayuda a los judíos a encontrarse con su historia.
Con una mirada lírica, melancólica, con detalles justos, el autor nos invita a recorrer parte de su historia familiar, ya que es un relato autobiográfico.


ASÍ COMIENZA

Todos le decían madame Maroszek. Un amigo francés, en un café de Saint-Nazaire —ubicado dentro de la antigua e inmensa base que los nazis, durante la guerra, habían usado para el almacenaje de submarinos—, fue el primero en hablarme de ella. Me dijo que no tenía teléfono ni correo electrónico, pues no confiaba en la tecnología, y que cualquier comunicación con ella debía ser por correo postal. Me dijo que le gustaba escribir cartas largas —con sus anécdotas e historias— y también recibirlas.




Mi lectura


OH GUETO MI AMOR  de EDUARDO HALFON

Siempre, desde que tenía unos tres años, me sentí fascinada por la Segunda Guerra Mundial y muy conmovida por las masacres en los campos. Luego, ya de adolescente, descubrí que no solo habían muerto judíos, sino que murieron también gitanos, homosexuales y todos los que no encajaban en el modelo ario. Este es un ejemplo de que la historia representa  la voz de los que poseen el poder de inscribir su legado. En las  escuela argentinas no cuentan a los alumnos sobre las persecuciones hacia los gitanos que sucedieron en nuestro país.
Por otro lado, pensaba hace poco, en tanto viajaba en colectivo, el motivo de mi rechazo actual por los monumentos y emplazamientos hacia la memoria. Sinceramente, estoy un poco saturada de tanta ceremonia hacia los muertos, tal vez porque casi toda mi familia está muerta. O quizás porque recibo invitaciones casi a diario para concurrir a estas ceremonias: calle en memoria de fulano, mural en memoria de esos muertos, monolito en memoria de otro muerto, documental por otros muertos, y así al infinito y más allá.
Pensé que levantar un monumento por dos o tres personas muertas es un acto de injusticia porque solo unos pocos son reservados para pervivir la erosión del olvido. Constantemente mueren personas. Cada segundo alguien muere. Mueren niños de hambre. Mueren niños abandonados en un pozo, ahogados. Mueren ancianos en geriátricos. Pero solo se seleccionan  unos pocos para que puedan pervivir. Los demás pasan a la masa anónima de “humanos”. ¿Quiénes deciden los nombres de los elegidos para pasar a la historia?
Digo esto porque uno de los temas de la novela es la importancia de no dejar ir al pasado, de escribir la historia donde sea, de construir una memoria para la generación siguiente. El protagonista visitar Polonia, los sitios del sufrimiento, pero, sentí, que dejó poco espacio para disfrutar de Polonia hoy viva. Su identidad está marcada por el sufrimiento que vuelve una y otra vez en una memoria cíclica.
¿Por qué no podemos dejar ir y cerrar las heridas? ¿Por qué hemos el miedo al olvido como forma de borrarnos? ¿Por qué tenemos que rezar a los muertos? ¿Por qué nos hemos convertido en una sociedad que venera a los muertos? ¿Y qué pasa con la vida? Porque mientras estamos con los muertos no estamos con los vivos. Mientras estamos detenidos en el pasado, ¿quién construye nuestro futuro?
Desde la antropología diría que todas estas son prácticas de veneración a los muertos, como en otros grupos sacan a pasear a las momias. Nosotros también sacamos a pasear a nuestros muertos. En fin, divagaciones mías. 


Acerca del GUETO DE LODZ, es el segundo más grande luego del de Varsovia, donde se desplazaron a judíos y a no judíos, como gitanos, a miles de personas. Debido a que producía materiales para sostener la guerra, fue el último que se cerró. Recuerdo haber leído un artículo que analizó el dinero que generó la persecución hacia los no arios y decía que fue una máquina perfecta del capitalismo, millones y millones destinados para guerra. 
Este gueto permaneció activo entre 1939 a 1945. Cerrarlo significó deportar a los habitantes a campos de exterminio o matarlos en el mismo gueto. Solo dejaron a unos 900 para limpiar el gueto y para abrir en el suelo sus propias tumbas. 


Pasando a otro tema,  en comentarios en Goodreads, algunas críticas señalan que Eduardo Halfon es un autor monotemático. No estoy de acuerdo en considerar esto como algo negativo porque hay obras que se leen en conjunto como una sola obra. Cada escritor posee una serie de temas o de aspectos que hasta son obsesiones, puntos de reflexión. Y hay experiencias tan fuertes y traumáticas que nos marcan. Son las que aparecer en las obras artísticas. Algunas veces, explícitamente autobiográficas, pero otras, muy ficcionalizadas.
En este caso, según estuve leyendo, los personajes de este libro del que hablo aparecen en Signor Hoffman, cuyo nombre se explica en Oh gueto mi amor. Esta forma de escribir me resulta interesante ya que crea un hilo entre sus escritos.
El estilo del autor me gustó mucho, sobre todo, la condensación poética. Y las ilustraciones acompañaron al sentimiento que despertó la lectura. 

Hay imágenes, pensé al abrir los ojos, que están hechas de plomo.

Entendió que aunque el patio era enorme no cabía ahí ninguna palabra, y solo me ofreció un cigarro en medio de ese silencio tan húmedo y sepulcral. 


TRAS LOS PASOS DE (RETO)
Se mencionan muchos lugares, pero la acción sucede en Lodz, Polonia.
Otros sitios que se mencionan: Saint-Nazaire, Varsovia, calle Piotrkowska, Estación del metro de Centrum, plaza Defilad, etc.
Recorriendo las calles gracias a StreetView de Google, pude observar que aún hay construcciones ruinosas que parecen haber quedado abandonadas luego de 1945. Se ven con sus muros ahumados de humedad y rajaduras, como vestigios de lo que fue vivir allí.
Las siguientes imágenes son de la calle Piotrkowska:

Lodz, Polonia

Lodz, Polonia

Lodz, Polonia


conclusión

Oh gueto mi amor es una cuento largo para pensar el tema de la memoria, de nuestro pasado, de las formas de superar los traumas individuales y sociales.

¡Besos y buenas lecturas!


2 comentarios:

  1. Hola gracias por la recomendación me llama mucho la atención, el periodo de la segunda guerra mundial me gusta mucho, así que sin duda me lo apunto. Saludos.

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    Respuestas
    1. Hola, también me gusta leer sobre ese período histórico. Se lee en un ratito porque es un cuento largo. Espero te guste. Besos

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