Personaje: la mujer Conscripto
Novela: Pubis
Angelical de Manuel Puig
De todos los personajes de la novela, con el que más me
sentí conmovida fue con la mujer Conscripto, quien ha sido construida como un
robot que ofrece su cuerpo joven y sano a los hombres enfermos o ancianos para
que se contagien de esa juventud y se curen. Sentí pena por esa mujer ofrecida
como un objeto, una conscripto no de la guerra sino del amor. ¿Del amor? Unos
gestos maquinales que se hacen llamar amor, como el garbanzo es el sucedáneo
del café. Una cosa enmascarada en otra gracias a las múltiples legitimaciones
de ese orden que lo vuelven invisible.
Ella se
ofrece como parte de un servicio gubernamental. Podría entenderse que en el
futuro la incomunicación nos ha dejado vacíos de relaciones, en una añoranza
por un alguien. El contacto, quizás, será mediado por las tecnologías. Hace años leí que aquellos abuelos y abuelas
que estaban en contacto físicos con los nietos, se enfermaban menos, vivían
más. Tal es la necesidad de contacto físico, nosotros, que somos una especie
social. La mujer conscripto vive en un mundo deshumanizado donde aún la mirada
de la mujer es mujer-madre, mujer-dadora de vida.
Una de las características que me
enganchó del personaje fue su ingenuidad, por un lado, y crueldad. No es está
vacía, no es una máquina. Se enfrenta a contradicciones, ansía terminar con
esos servicios.
En ese Estado del futuro, se utiliza
la antigua práctica de la prostitución, digo antigua metiéndome en esa época de
mañana, ahora como servicio estatal, como derecho. El Estado que hace la guerra
ahora también "hace el amor" a través de sus mujeres conscriptos. No
hay ternura, solo hay rutinas y maquinismos.
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