En la quietud del mármol. Teresa Wilms Mott (Ms lectura)

EL INSTANTE EN QUE BRILLAMOS POR QUEMAR TODAS NUESTRAS CERILLAS

¡Hola!

En esta entrada les quiero contar sobre la lectura de un poemario y la vida de una poeta chilena. Se trata de Teresa Wilms Montt y su poemario es En la quietud del mármol. El libro fue publicado en España en 1918 y está dedicado a Anuarí, un hombre que fue su amante. Está escrito en prosa poética, aspecto que me gustó muchísimo ya que siento que los poemas de esa época escritos bajo una rima estricta no son ya para mí, me suenan demasiado antiguos. No obstante del año de publicación, ya hace 100 años (!) los poemas son actuales. Es una larga elegía compuesta de 35 fragmentos.

Tengo una debilidad por las historias de amor trágicas e intensas donde se ama con tal pasión que se siente que la vida cambia por completo y ya no seremos los mismos que antes. Pero sin cursilerías, sino adentrándose en los sentimientos amorosos.

Conocí a la poeta gracias a la película Teresa, crucificada por amar dirigida de Tatiana Gaviola. La pueden ver en youtube. En la película se retrata la incomprensión y el sufrimiento que produce. Me recuerda a la vida de Sor Juana, una mujer también adelantada para su época.

La obra es una larga consolación y despedida por la muerte de su amor. Ya antes leí una obra similar, Diario de duelo, de Roland Barthes (Link con la reseña). En este último caso fue un diario que el autor escribió para sobrellevar el duelo por la muerte de su madre.

Los poemas en En la quietud del mármol están ordenados desde el momento de la muerte, hasta la superación del duelo. Es un recorrido por todas las etapas en este proceso de dejar ir a quien amamos. Incorpora una descripción precisa sobre el sufrimiento y logramos una empatía inmediata porque es el sufrimiento y la conciencia de la muerte lo que nos hace humanos. Antes del surgimiento de la conciencia no existía la percepción de la muerte.  Recuerdo una cita de Heidegger que expresa que los seres humanos mueren; los animales, cesan. Y la muerte también indica que todo sigue en tanto una vida se ha detenido, esta  conciencia de la crueldad que reside en el existir.

Anuarí; criatura mía. Si mi tristeza fuese siempre tan suave como para traducirla en besos y flores, bendeciría al dolor con el fervor de una iluminada; lo buscaría como al más nutritivo alimento espiritual. Anuarí: el dolor de haberte perdido es el único lazo humano que nos une para siempre. 

La mujer que está de luto le lleva flores a diario a su amor, una la lealtad amorosa que es difícil de romper. Quizás sea su primera muerte ya que ella tiene 24 años. Y al proceso del luto también se aprende, en el caso de nuestra sociedad, de manera personal y solitaria. Hay muchos tratados que analizan el tema de la muerte en nuestra sociedad, por ejemplo, recomiendo a Philippe Aries, El hombre ante la muerte.

Podemos pensar el duelo como un estado límite entre la vida y la muerte, ya que es solo a través de la muerte del otro que tomamos conciencia con nuestra propia finitud.

Una noche, la más feliz de mi vida, se durmió tu cabeza en mi hombro, y era tan íntima mi dulzura, que mi respiración se hizo una música para mecerte.

SOBRE LA AUTORA

Teresa Wilms Mott nació en Viña del Mar, Chile, en el seno de una familia adinerada en el año 1893. Su familia es descendiente de la realeza prusiana y emparentada con cuatro presidentes. Se casó a los 17 años. A los pocos años surgirían conflictos en el matrimonio a raíz de la forma de vida de Teresa, muy libre para la época. El esposo la encerró en un convento, pero ella pudo escapar, ayudada por el poeta Vicente Huidobro, disfrazada de viuda. Se dirigió a  Buenos Aires. Durante su estadía en el convento escribió en su diario sobre un primer intento de suicidio en 1916.

En Buenos Aires colaboró con revistas literarias y publicó su primer poemario que logró un gran éxito.

Luego, viajó a Europa y se instaló en Madrid. La obra de la que estamos hablando fue publicada en España.

Tuvo dos hijas con su marido, pero ellas no se criaron con su madre. Estando en París, las hijas la visitaron pero se negaron a quedarse con su madre. Por este motivo Teresa se suicidó el 24 de diciembre de 1921. Su última entrada en su diario dice: «Morí, después de haber sentido todo y no ser nada». Sólo tenía 28 años.

El legado de Teresa es su vida misma, además de sus poemas. Fue feminista, anarquista y una mujer muy liberal para la época.

Alquimia Ediciones publicó parte de sus diarios íntimos en el año 2015.

¿QUIÉN FUE ANUARÍ?

Se trata de Horacio Ramos Mejías, un joven argentino de 19 años que amó con intensidad a Teresa, pero él se suicidó frente a ella al no ser correspondido. Teresa lo bautizó como Anuarí y describió el sufrimiento por el amor en el poemario del que hablamos, pero invirtiendo el orden. En el poemario es la mujer la que enamorada, llora el suicidio de su amor. También escribió Anuarí, sobre el mismo tema.

Un libro intenso sobre el proceso del duelo amoroso escrito por una poeta que vivió la vida con autenticidad. Voy a seguir leyendo a la autora porque me encanta cómo expresa sus emociones y su lírica. Lo que me sorprendió es la forma tan actual de escribir, así que imagino lo que habrá sufrido en su época, incomprendida y fuera de tiempo.

Podría ilustrar su forma de vida con la escena de la película Como agua para chocolate, cuando un doctor le cuenta a la protagonista la teoría sobre los cerillos: hay seres que viven tan intensamente que consumen toda su vida en pocos años.

Besos y buenas lecturas!