DE NEW YORK A LONDRES
Elegí el libro 84 Charing Cross Road de Helene Hanff para la iniciativa de Serendipia Recomienda 2018 por tres
cuestiones: es una recopilación de cartas
(me encantan las cartas, llegué a cartearme con más de veinte personas en
todo el mundo, no correos electrónicos, cartas en papel), participa una escritora y se trata sobre libros. Como resultado de la conjunción
de estos tres elementos: disfruté muchísimo del libro. Además, incluyo este
libro a otra iniciativa: Leo autorasoctubre (#LeoAutorasOct). Por lo tanto, mencionaré la obra y unos datos
biográficos.
La portada de la izquierda no es la que leí, es la de Anagrama, pero la elegí porque me gustó que pusieran una foto de la librería original. Hoy día allí mismo hay un comercio según pude ver en Google Street View, mi vicio.
84 Charing Cross Road es una compilación de cartas
que Helene Hanff y varios empleados de la una librería londinense se enviaron
durante veinte años. El libro fue publicado en 1970.
En octubre de 1939 (sí,
justo en un mes como ahora), Helene envió su primera carta a la librería
ubicada en 86 Charing Cross Road
para solicitar un libro. Como nació en una familia pobre inmigrante, no pudo
costearse una educación superior. Por este motivo, decidió aprender de forma
autodidacta y, para ello, necesitó libros. Es aquí cuando descubrió la
posibilidad de conseguir buenas ediciones en una librería de Londres.
Digamos que soy una escritora pobre amante de los libros antiguos y que los que deseo son imposibles de encontrar aquí salvo en ediciones raras y carísimas, o bien en ejemplares de segunda mano en Barnes & Noble que, además de mugrientos, suelen estar llenos de anotaciones escolares.
Soy una apasionada de los libros escritos por testigos oculares.
Le responde Frank Doel y será con quien mantendrá correspondencia.
Cada tanto, también le escriben la esposa de Frank y los otros empleados.
Incluso, Helene solía enviarles regalos, sobre todo alimentos, para los
habitantes de Londres de la postguerra.
Hay muy pocas alusiones a la situación económica o política de ambos
países. Se menciona, en junio de 1953, el Día de la Coronación; también sobre
la asignación de viviendas (sería a quienes perdieron la suya producto de los
bombardeos de la Segunda Guerra Mundial), el aumento de precios.
Esperamos que vengan tiempos mejores después de las elecciones legislativas. Si Churchill y compañía las ganan, como creo y confío que ocurra, esto será para todos una inmensa inyección de optimismo.
Lo curioso es que no se
menciona a la guerra sino la pasar. A medida que leía me hacía a la idea que
los británicos no mencionan sus penurias y ponen sus energías en reconstruir y
aceptar.
Sobre Helene, me gustaron algunas de sus costumbres. No entendí
algunos de sus gustos, por ejemplo, no leer obras de ficción. Solo lee ensayo.
Solicita libros raros, con encuadernaciones detalladas que demuestra su placer
por los libros: Ensayos escogidos de
Hazlitt, Virginibus Puerisque de
Stevenson, Conversaciones imaginarias
de Landor, entre tantos otros. Y es raro que no lea ficción siendo que fue guionista. No obstante se declara admiradora
del poeta John Donne.
“A Donne hay que leerlo en voz alta:
es como una fuga de Bach”
Durante más de veinte años sueña con visitar Londres para recorrer la
Torre, Berkeley Square, y otros sitios elegidos por los turistas. Registré
estos lugares como siempre hago como parte del reto de Tras los pasos de.
A las pocas páginas del inicio, una escena, cuando ella envía un jamón
porque en Londres hay racionamiento de víveres, recordé que había visto una
película entre una mujer y un librero. Ahí me di cuenta que era la misma obra.
Ahora me resta volver a ver la película, que la recuerdo más Hollywood.
¿QUIÉN FUE HELENE HARFF?
Comparto la información que se agrega al final del libro.
Helene Hanff nace en 1916 en
Filadelfia, en el seno de una
familia recién inmigrada y todavía con muy pocos recursos. Durante los años de
la Gran Depresión va con regularidad al teatro:
un lujo extraordinario. Y eso porque su padre, que malvive como camisero, busca
satisfacer una antigua pasión mediante el trueque semanal de algunas de las
prendas que vende a cambio de localidades para los grandes espectáculos del
momento.
A sus veinte años, Helene Hanff se decide a escribir obras de teatro y
dos años después consigue una beca que le permite instalarse en Manhattan. Pero
si al principio cuenta con la protección de una de las coproductoras de la
Theater Guild, no tarda en hundirse en la miseria, escribiendo decenas de
piezas sin que nadie se ofrezca a producirlas. «Era buena inventando diálogos,
pero no conseguía dar con la historia que hubiera podido salvarme», cuenta en
una entrevista que le hicieron en 1982 para el New Cork Times. Finalmente
consiguió sobrevivir como guionista para la televisión americana.
A partir de 1949, y a pesar
de sus infortunios como dramaturga, decide suplir los años de estudios que
jamás ha podido cursar y adquirir, sin profesores, una auténtica cultura
clásica. Es en el marco de estas circunstancias cuando, tras rebuscar sin éxito
en las decepcionantes estanterías de las grandes librerías americanas, descubre
el pequeño anuncio de Marks & Co. y escribe de inmediato la primera de sus
cartas al 84 de Charing Cross Road. La correspondencia, lo sabemos ya, se
prolongará durante veinte años, y se irá acumulando en sus cajones de una forma
nada habitual en ella. En 1969 se le
ocurre a Helene Hanff que aquella curiosa correspondencia podría dar pie a
escribir, para su publicación en alguna revista, una de esas típicas
narraciones cortas que tanto agradan a los neoyorquinos. Pero se desanima al
darse cuenta de que las cartas, de principio a fin, componen un texto demasiado
largo para ofrecerlo a una revista. Se las confía entonces a un amigo que, en
lugar de releerlas y abreviarlas, las presenta inmediatamente a un editor. Esa
misma tarde, el editor llama personalmente a Helene Hanff y le anuncia:
«Publicamos 84, Charing Cross Road». Helene, sorprendida, le pregunta: «¿Bajo
qué forma?». «¡En forma de libro, por supuesto!», replica el editor. «¡Está
usted loco!», exclamó ella. Pocos meses después, 84, Charing Cross Road se ha
convertido en un éxito y Helene Hanff consigue de golpe el reconocimiento que
toda una vida de duro trabajo no le había servido para tener una sola oferta.
Millares de lectores le escriben, y el libro tiene una resonancia inmensa. Es
la success story tan grata a los americanos.
Gracias a la publicación del libro en Inglaterra, en 1971, Helene Hanff puede viajar a
Londres por primera vez. Mientras tanto, en los años setenta, «84, Charing
Cross Road» se convirtió en un gran éxito teatral en el West End de Londres, en
un cierto fracaso teatral en el off-Broadway de Nueva York y en una película
encantadora protagonizada por Anne Bancroft como Helene y Anthony Hopkins como
Frank Doel. A pesar de haber conseguido la fama y ser adorada por miles de
lectores, Helene nunca llegó a ser una mujer rica. Durante los últimos años de
su vida sobrevivió gracias a los derechos de sus obras y tuvo que aceptar ayuda
económica para pagar sus facturas médicas. Helene Hanff murió en 1997 a la edad
de ochenta años.
OTRAS OBRAS DE LA AUTORA
Una pena que no encontré más traducciones en español.
Helene publicó: «Underfoot in Showbusiness» (1961). «Terrible Thomas»
(1964). «Movers and Shakers» (1969). «84, Charing Cross Road» (1970). «The Duchess
of Bloomsbury Street» (1973). «Apple of my Eye» (1977). «Q’s Legacy» (1986).
«Letters from New York» (1992).
Luego de leer esta novela es obligatorio visitar una librería de venta de libros usados, escribir
una carta, aunque sea a un destinatario imaginario, y tomarse un café en una cafetería en tanto se lee un libro de John Donne
como homenaje a todos los libreros del mundo.
Es un libro fantástico. Yo también disfruté mucho con su lectura. Si te gustan los libros es lectura obligatoria. A mí también me extrañaba que no leyera ficción (y que sus lecturas fueran tan peculiares), pero creo recordar que finalmente lo hace tras leer “Orgullo y prejuicio” de Austen y “Tristam Shandy “ de Sterne, que son precisamente las dos únicas novelas que encarga a la mítica librería.
ResponderEliminarTambién es extraño que “84 Charing Cross Road” sea el único libro de Helene Hanff traducido al castellano.
Estupenda entrada. Me alegro de haber dado con el blog.
Un abrazo.
Hola, sí, es cierto que solo compra muy poca ficción. Ella fue una persona bastante poco común, por lo que leí.
EliminarY es una pena que no se traduzcan más obras. Quizás un día la editorial Impedimenta que viene con buenas apuestas últimamente. Gracias por quedarte por el blog. Besos!
También disfruté muchísimo con esta lectura. Tanto que ya lo he leído dos veces y no descarto hacerlo una tercera. Gana este libro con las relecturas. MUy buena reseña!
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola! viste la película? Yo voy a ver si me pongo en estos días. Besos!
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarEn mi próxima visita a la librería de usados veré si encuentro el libro y, si sigo con la lista de tareas, después voy a tener que volver...
Gracias por darme una excusa para hacerlo!
:)
Hola. Me pasa lo mismo que me dan ganas de recorrer librerías. Así que por ahí pronto me doy un viajecito a Buenos Aires capital a recorrer librerías en la calle Corrientes. Besos y de nada!
EliminarAinnns, no sé, no sé... por un lado me llama la atención por eso de la correspondencia (es tan dificil hacer literatura cuando todo está narrado a través de cartas), y por lo de la libreria... pero eso de que solo lea no ficción... ainsss, me echa un poco para atrás... no sé me da que puede ser demasiado sesudo... igual me equivoco.
ResponderEliminarUn besazo
Hola. Si el formato cartas no te convence no sé si te gustaría ya que está todo contado de esa manera y son cartas reales, así que hay que ir uniendo los cabos sueltos. La edición de tapas duras es preciosa :) Además, me dieron ganas estos días de ir a librerías antiguas a comprar libros usados. Besos!
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