CON UN PIE EN EL RÍO Y OTRO EN LA TIERRA
Elegí esta novela, A la deriva de Penélope Fitzgerald, cuando leí la sinopsis. Siempre quise vivir en
un barco, amo los faros, las islas y el mar. También aprovecho para sumar esta
lectura a la iniciativa de #LeoAutorasOct.
La historia trata sobre unas
familias que viven en embarcaciones en un puerto a las orillas del Támesis
(Londres). Comienza directamente con el conflicto:
—¿Debemos deducir que Dreadnought nos está pidiendo que mintamos? —preguntó Richard. Dreadnought asintió, satisfecho de que lo hubieran comprendido tan fácilmente. —Sólo para cerrar la venta. Parece ser el único modo de resolver mis problemas. Si todos los aquí presentes acordamos no mencionar dónde está la filtración principal, o mejor dicho, si no decimos nada a menos que nos lo pregunten directamente… —¿De verdad quieres que digamos que el Dreadnought no hace agua? —inquirió Richard con ostensible impaciencia. —Ésa es una forma demasiado brusca de decirlo.
Una de las preocupaciones de quienes viven en las embarcaciones es
evitar que se hundan. Al no contar con dinero suficiente, la batalla es
emparchar y tratar de sobrevivir como se pueda. Recordemos que esta novela pertenece al primer ciclo de
escritura de la autora, cuando ella narraba inspirándose en eventos de su
vida, aspecto que hablé ya en otra entrada (Leo autoras). En este caso, ella y
su esposo vivieron en embarcaciones y tuvieron que soportar dos hundimientos.
Más allá del romanticismo que uno coloca, la vida en las embarcaciones
no era fácil ya que ellos vivían en el borde de la ciudad: no llegaban las
cartas, no podía entrar una ambulancia, es decir, eran marginales que
«aspiraban a establecerse en la orilla de Chelsea, donde a comienzos de la
década de 1960 vivían muchos miles de personas entregadas a ocupaciones
dignas».
Esta marginación también
se hace evidente en su vida en el límite entre la zona fronteriza entre el río
y la tierra. Este carácter imprime en sus
vidas el deseo de comprarse una casa, pero también no alejarse mucho del río
que se lo siente como vivo, con sus crecidas y sus movimientos. Algunos de
ellos eran marinos, otros, deseaban tener un barco; y también algunos
terminaron allí porque una embarcación es más barata que una vivienda.
Nosotros debemos vivir donde vivimos, entre la tierra y el agua.
Era la hora más esquiva en el río, cuando la oscuridad se desprende de la oscuridad y los perfiles de las cosas se transforman en un instante, definiéndose como edificios o como barcos anclados.
Esta vida en el límite
también se transmite a los problemas que enfrentan: un pintor pobre al que nadie ya le da trabajo, un ex marino que no
se anima a alejarse de su anterior vida, una mujer que espera que su marido
regrese y vive sola con sus dos hijas, alguien que es rechazado de la sociedad,
y otros detalles que no puedo decir porque arruino la lectura.
Este estilo de vida hoy
día es elegido por algunos, como sucede en las
orillas del Río de La Plata, en mi país. Por ejemplo, Santiago Lange cuenta su
testimonio en una nota periodística (1). Él dice: «Me di cuenta de que se puede
vivir con muy poco y aprendí a valorar mucho más las cosas. Establecí un
vínculo muy fuerte con mis hijos porque compartíamos mucho tiempo juntos a
pesar de que trabajaba y entrenaba mucho. Creo que haberme unido de esa forma
con ellos fue una de las cosas que más disfruté». Y una mujer que lleva 25 años
viviendo nos cuenta: «Siempre me gustó el contacto con la naturaleza, entonces
decidí cambiar el cemento por el agua. Aprendí a vivir con poco, tener una vida
austera. Las comodidades a las cuales está muy ligada la gente que vive en tierra
no las tengo. Se vive solamente rodeado de las cosas más queridas que, en mi
caso, son mis libros, la música y obviamente la computadora. Hay gente que no
aprende a desprenderse de sus cosas, yo por suerte sí. De lo único que no me
desprendo es de mis afectos y de mi perro Alfonso, que es mi compañero».
Disfruté del estilo de la
autora, con las palabras justas
logra profundidad en los personajes
y en las escenas. Aún recuerdo a Tilda y a Martha rebuscando mosaicos
cuando la marea lo permite; así como los detalles de su recorrida por la
rivera, el descubrimiento y la sencillez de convertir un evento cotidiano en
algo extraordinario.
Como aspecto negativo, al comienzo, me costó acordarme de los
personajes, ya que arranca con muchos de golpe.
TRAS LOS PASOS DE TILDA
La historia transcurre casi por completo en «el muelle de Battersea, frente a viviendas de excelente calidad y bajo
la vigilancia de las autoridades del puerto de Londres». Como datos anecdóticos
podemos decir que en la iglesia de Santa María se casó William Blake y que la zona fue un polo industrial desde 1950
(durante la época en que transcurre la historia de la novela) con sus problemas
de contaminación. Anteriormente, en 1930, se construyó la estación eléctrica,
hoy edificio histórico a la orilla del río.
A fines del ‘70 se cerraron las industrias y se demolieron,
transformándose la zona como podemos verla en estos momentos. En sus negocios
destacan anticuarios. Justo sobre estos comercios narra la autora.
Es una novela corta, con una
escritura muy bonita y sin caer en melodramas que nos permite acercarnos a la
vida de los marginales londinenses en la década del sesenta. Sin grandes
acciones, demuestra que se puede escribir una novela a partir de sucesos
cotidianos.
Quiero seguir leyendo a la autora y, por suerte, la editorial
Impedimenta, viene editando su obra. Creo que seguiré con La librería así después miro la peli.
Besos y buenas lecturas…
Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que el libro no me llama demasiado, pero me alegra mucho que lo hayas disfrutado
Saludos!!
Hola, por ahí algún otro de la autora te convence. Por el momento pienso seguir leyéndola porque me gustó mucho. Besos!
EliminarNo termina de llamarme. Quizás porque tengo muy reciente La librería, que no terminó de convencerme.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola, mañana mismo empiezo con La librería que le tengo muchas ganas. Después te cuento qué me pareció. Besos!
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarA primera vista, es muy interesante porque eso de vivir en barcos en vez de en tierra firme, no es algo que haya visto demasiado en las lecturas que he tenido hasta ahora. No sabía eso de la escritora y me parece muy interesante que se basase en esa época de su vida y en lo que ella misma vivió, no debe ser nada fácil vivir todo eso, pero el sobreponerse a todo eso y escribir… es ser mucho más fuerte aún.
Se trata la vida tal y como es, en la vida real ya es difícil, pero si unimos el hecho de vivir en una embarcación y con esa marginación, no todo va a ser de color de rosa, lo cual es mucho más interesante aún. Tenemos a muchas personas diferentes entre sí, personas que escogieron esa vida y otras que no, pero todas con sus problemas de los que nadie se interesa porque muchos piensan que todos se arreglan su propio jardín.
La verdad es que escuchando a los que han vivido esta vida te hace pensar mucho, aunque quizás yo no elegiría ese estilo de vida. Me llama mucho la atención para leerlo y creo que es algo que haré en el futuro.
¡Muchos besos!
Hola. La verdad que es un libro interesante. Creo que yo sí elegiría vivir en un barco, al menos un tiempo porque siempre me hace bien estar cerca del mar. Espero que te guste. Yo no me voy a olvidar de este libro. Me dejó buenas imágenes. besos y buenas lecturas
EliminarHola! conozco a la autora solo por el catálogo de impedimenta pero aún no me he animado a leerla.
ResponderEliminarMe pareció super interesante la reseña, ver la perspectiva de la crisis y los cambios que deben de elegir.
Lo voy a tener en cuenta, espero que te guste La librería porque es el que más me da curiosidad.
Saludos desde El Refugio del Dragón de Tierra!
Hola. Entre esta y La librería, me quedo con A la deriva. La disfruté más y me pareció original. La librería, no sé, esperaba algo más que ser tratada como un comercio. Besos!
EliminarHola!
ResponderEliminarDe un primer vistazo te habría dicho que no es una historia para mí, pero me ha gustado mucho lo que dices de que la autora demuestra que se puede escribir una novela basada en sucesos cotidianos sin grandes acciones... a veces cuanto más simple, mejor.
Me quedo por aquí ^^
Hola! Ayer terminé de leer La librería de la autora y definitivamente su estilo es contar desde la vida cotidiana de manera que uno se engancha con tan solo leer sobre costumbres y dramas sin dramas, en realidad. Gracias por quedarte. Besos
Eliminar¡Hola! La verdad es que nunca había leído un libro ambientado así... Sin embargo, creo que sería interesante conocer una ambientación diferente como esta... ¡Quizás más adelante cuando se me pase este afán que tengo por los libros de narrativa romántica, me anime con este!
ResponderEliminarUn besito, Mo-
Hola, espero te animes. A mí me pareció de lo más original. Besos!
EliminarEs que casi todos los libros que publica Impedimenta vienen con una pintaza, realmente me ha gustado tu reseña y el libro me ha llamado un montón la atención. Ya sigo tu blog, nos leemos <3
ResponderEliminarHola. Es cierto que Impedimenta se está pasando con sus colecciones. Solenoide me encantó y ahora esté también. Besos y gracias por seguirme.
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