La naranja en tus manos, su resplandor, ¿es para siempre?
Cerca del agua y del cuchillo, ¿una naranja en la oquedad eterna?
Fruto de desaparición. Arde su exceso de realidad entre tus manos.
SINOPSIS EDITORIAL
Antonio Gamoneda se aproxima a los últimos
bordes de la experiencia, allí donde la comprensión no alcanza, y la hace
transitable, la puebla con alas de gavilán, robles musicales, frutos negros. El
lector que entra en este paisaje no necesita descifrar cada símbolo como si
fuera un número. Los enigmas de la poesía de Gamoneda
EL AUTOR
Antonio Gamoneda es un escritor español nacido en Oviedo
en 1931. Recibió numerosos premios entre ellos el Premio Cervantes en el año 2006. Ha escritor poesías,
ensayos y relatos. Algunas de sus obras son: León de la mirada, El vigilante de la nieve, Lápidas. Para él, la
poesía es el “arte de la memoria en la perspectiva de la muerte”. Su poética no
es fácil de encasillar en una corriente ya que se aparta de los poetas de su
generación.
El Libro
del frío aparece en el año 1992 pero recién en el 2000 aparece en su versión
definitiva cuando el poeta agrega una sección al mismo
MI LECTURA
No me resulta sencillo hablar de la experiencia de la
lectura de un poemario. No es una obra narrativa con una trama y personajes
sino que me sucede que el poema se me torna experiencia emotiva. Será por este
motivo que es difícil volcar una sensación vivida a través de la palabra. Lo
que sigue a continuación es mi interpretación y quizás no se corresponda con lo
“leído” por otros.
El poemario
El libro del frío se convirtió en un
recorrido virtual hacia la muerte. En la primera parte, me muestra el contexto
de vida de esa voz poética, una vida en el campo, quizás un campesino, en una
situación de pobreza.
Esta casa estuvo
dedicada a la labranza y a la muerte.
Hubo un tiempo en que mis únicas pasiones eran la pobreza y la
lluvia.
Luego, se traslada a un hospital
a raíz de una infección donde comienza, en su delirio de enfermo que pronto
morirá, a hablar sobre su internación y el frío. El frío está presente desde un
primer momento como frío y oscuridad ante la luz de la vida; frío que se asocia
a la nieve, a la noche, al invierno. Es la mutación de un paisaje hacia una
planicie de nieve con un vigía y guía, quizás el médico.
Ah, la morfina en mi corazón: duermo con los ojos abiertos ante el
territorio blanco abandonado por las palabras.
El proceso de la muerte está
presente de manera simbólica, a través de elementos que aparecen y sensaciones
como la pérdida paulatina de la identidad, la desaparición. La voz es la visión
de un agonizante.
No hay esperanza. Es la certeza
de la muerte. Y la muerte siempre sucediendo en soledad. A medida que leía me
acordé lo que dijo un conocido: uno se
muere solo.
Es la impureza y la piedad, el alimento de los cuerpos abandonados
por la esperanza.
A pesar de esta visión oscura, la
mirada es poética y nunca cae en lo lacrimógeno. En el trayecto discurre una lucidez que se evade, las sensaciones se
anudan al láudano, el frío que repta y conquista el paisaje interior.
Se compara el estado del
moribundo con la tristeza de las flores en la nieve, con la mirada de las reses
en el matadero y su mansedumbre. No es una muerte inesperada, es la muerte en
la ancianidad, la contemplación de aquello que muere como parte de un proceso
natural.
Vi la serenidad en los ojos de las reses destinadas a los cuchillos
industriales
VOZ DEL POETA
Escuchar un fragmento leído por el autor (click) que
corresponde a versos de la primera parte del libro.
VERSOS MARCADOS
Bajo las águilas
silenciosas, la inmensidad carece de significado.
...pesan las flores
sobre las maderas atormentadas por la lluvia.
Es la impureza y la
piedad, el alimento de los cuerpos abandonados por la esperanza.
Es la ebriedad de
la melancolía; como acercar el rostro a una rosa enferma, indecisa entre el
perfume y la muerte.
Siento la suavidad
de las palabras olvidadas.
la soledad de las
palomas extraviadas en la eternidad.
Hay una hierba cuyo
nombre no se sabe; así ha sido mi vida.
Sábana negra en la
misericordia: / tu lengua en un idioma ensangrentado.
ayer y hoy son ya
el mismo día en mi corazón
Aún hay humedad en
la ceniza que amas.
Fuentes: Dglab – Cervantes Virtual / Foto de: leonoticias
Gracias por tus comentarios.
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