Hacía tiempo que quería leer algo de Michel Houellebecq.
Elegí Ampliación del campo de batalla
porque lo primero que me engachó fue el título. Luego, leí la sinopsis y
terminé de decidirme.
Este libro fue publicado en 1994 y hoy se considera una
obra de culto. Junto con dos obras más (La
partículas elementales y Plataforma)
completa una trilogía, pueden leerse por
separado, sobre la condición del ser humano en el mundo de hoy, en su vida
cotidiana, como en el sexo, el amor, el trabajo.
La novela está narrada en primera persona, aunque apela a
una segunda persona, por un ingeniero informático de 30 años cuyo trabajo
consiste en vender tecnologías a ciertos clientes. Vive en una ciudad que para
los turistas es preciosa pero para él, que vive de manera permanente, la ciudad
es otra.
París es una ciudad atroz, la gente no se reúne, ni siquiera se interesan por el trabajo, todo es superficial, todo el mundo se va a casa a las seis haya terminado o no lo que tenía que hacer, a todo el mundo le importa todo tres leches.
Él posee un buen trabajo, como se dice, porque tiene un
salario mejor a la media, trabajo de algo relativo a lo que estudió, pero en
realidad él está harto. Es un hartazgo silencioso, de esos que te hacen caminar
con la cabeza baja hacia el matadero en tanto pensás “estoy harto”. No sé si es
este sentimiento, pero me acordé de una película donde la gente explota su
hartazgo, no le sucede lo mismo al personaje. Trabaja, escribe fábulas, asiste
a eventos laborales, sale con sus compañeros en esos after office, pero la gente está lejos, no porque él lo desee sino
porque sufre la condena de ser uno más del montón, y hasta padecer una cierta
“fealdad”.
Sobre este tema, en varios momentos me sentí bastante
conmovida porque la novela trata sobre los que no son amados porque no son
perfectos. Y lo intentan un millón de veces, y fracasan.
La dificultad es que no basta exactamente con vivir según una norma. De hecho consigues (a veces por los pelos, por los mismos pelos, pero en conjunto lo consigues) vivir según la norma. Tus impuestos están al día. Las facturas pagadas en su fecha. Nunca te mueves sin el carnet de identidad (¡y el bolsillito especial para la tarjeta VISA!…). Sin embargo, no tienes amigos.
Por otro lado, también la novela es una crítica contra el
capitalismo, su lado liberal, la generación de competitividad, el objetivo del
éxito a toda costa. Y también, los modelos impuestos, en los que creemos como
fantásticos, pero luego se tornan sogas que nos ahorcan. Me resultó interesante
la comparación entre la economía liberal y las relaciones amorosas, el
liberalismo sexual. El sistema económico genera pobres; el sistema sexual
general solitarios; es la soledad de los feos. ¿Qué armas pueden usar los
“feos” o “solitarios” para batallar en la sociedad? ¿Con qué disparan? ¿Con qué
matan? ¿Con qué se defienden? Obviamente, el personaje cambia a lo largo de la
obra pero no voy a decir nada por los spoilers.
Igual que el liberalismo económico desenfrenado, y por motivos análogos, el liberalismo sexual produce fenómenos de empobrecimiento absoluto. Algunos hacen el amor todos los días; otros cinco o seis veces en su vida, o nunca.
Esta lectura me posibilitó ponerme en la piel de cómo los
varones reflexionan y se sienten sobre los cambios que ven en las mujeres. No
es una mirada ingenua, sino crítica hacia la medicina (psicoanálisis) que impone qué mujer es normal. En esta situación, él se siente
rechazado por ser feo, o usado en tanto llega el hombre ideal. Porque el varón
también se siente presionado hacia alcanzar la belleza que se lee en una
virilidad mostrada en los músculos, en los “seis paquetes” de abdominales. Fíjense
que en las fotos de las redes sociales ellas muestran el trasero de gimnasio y
ellos los abdominales de gimnasio. En esto no encuentro, hoy día, diferencia.
Siguieron ensartando tópicos durante quince minutos. Que tenía derecho a vestirse como quisiera, y que eso no tenía nada que ver con querer seducir a los tíos, y que era sólo para sentirse bien consigo misma, para gustarse, etc. Los últimos residuos, lamentables, de la caída del feminismo. En un momento dado llegué a pronunciar estas palabras en voz alta: «Los últimos residuos, lamentables, de la caída del feminismo». Pero no me oyeron.
He tenido varias mujeres, pero durante periodos limitados. Desprovisto tanto de belleza como de encanto personal, sujeto a frecuentes ataques depresivos, no respondo en modo alguno a lo que las mujeres buscan de forma prioritaria. Por eso siempre he sentido, con las mujeres que me abrían sus órganos, una especie de leve reticencia; en el fondo yo apenas representaba para ellas otra cosa que un remedio para salir del paso. Lo cual no es, como reconocerá cualquiera, el punto de partida ideal para una relación duradera.
Y el personaje es sincero. Dice sin tapujos. Quiere romper
el hastío y el silencio social, eso de lo que nadie habla, la hipocresía.
También me interesó la crítica al psicoanálisis cuando
dice que te impone un yo de molde. Y
pensaba en las veces que fui a una psicóloga y terminó diciéndome que tenía qué
hacer: “Tener muchos amantes”. Me fui a otra y me dijo lo mismo. En fin, pensé,
lo habrán estudiado en un libro donde le indicaban el modelo de ser humano
normal: muy sexualizado. Hace tiempo
atrás, en la época de mi abuela, ningún médico hubiera aconsejado esto. Me pasó
incluso con una ginecóloga: “Tener muchos amantes es saludable”. ¿Qué sucede
con los asexuales o los que desean una pareja estable? Hoy día son tratados
como anormales. Y el personaje está en la edad justa, en el medio de dos
generaciones, observando los cambios sociales. Y vive en una sociedad que
detesta en el fondo. Intenta comprender escribiendo fábulas. Y comprende y más
la detesta.
Otro de lo que me gustó es que le habla al lector, a un
lector ideal. Lo anima a seguir leyendo, le dice que es una novela.
Voy a sumar más lecturas sobre este autor porque me gustó muchísimo. Su estilo es directo,
simple, descarnado. Aunque han dicho que es muy osado o mediático, la obra no
me parece para nada osada. Interesante, sí, pero no osada.
RETO: PLAYLIST DE NOVELA
No son muchas las canciones que se mencionan, pero
comparto las que aparecieron. No me copó ninguna, pero quizás a ustedes sí.
CONCLUSIÓN
Ampliación del campo
de batalla es una
obra para entender la situación del ser humano hoy. En una sociedad de individuos solitarios el otro
siempre es un rival. A veces, se encuentran, muestran su pena pero sin
compartirla, están uno a lado del otro, sin tocarse, con su sufrimiento que
forma un planeta también solitario. Siguen a pesar del hartazgo. Lo intentan, a
pesar del fracaso. Y fallan porque el sistema es un gran fallo.
La sociedad es un sitio de lucha. No es azar la cantidad
de veces que escuchamos decir “es una lucha”, “hay que visibilizar la lucha”,
“ellos me resisten”, “hay resistencias”. El lenguaje bélico nos sirve para
describir nuestras relaciones amorosas. Los otros son enemigos. Y hay que
armarse o morir.
¿Cuáles son tus armas?
Hola hola!!!
ResponderEliminarme encantó tu entrada, ahora me dieron ganas de leer el librito, espero lo hayas disfrutado al máximo, además que las canciones que pusiste me las llevó para oír.
Saludos y un enorme abrazo.
hola! una lectura que te puede hacer pensar diferente y tu entrada!! tu entrada..fan-tas-ti-ca, nos gusto todo lo que contaste y dijiste tanto de lo particular como lo anecdotico. tu blog es diferente y se luce! gracias, saludosbuhos y por supuesto buscaremos la lectura.
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