Se me ocurrió compartir ciertas
cuestiones que se me plantearon estos días a raíz de que estoy escribiendo. Uno
de los temas es el nombre a elegir de
instituciones o lugares: ¿ficticio o no ficticio?
Ciertos asuntos pueden ser delicados como es el lavado de dinero, la corrupción, la
prostitución, la venta de niños o la política en general. Por lo tanto, hay que elegir bien el nombre. Por
ejemplo, la novela trata sobre acontecimientos que suceden dentro del Municipio
de nuestra ciudad, porque queremos ambientar la novela en el lugar que
conocemos, relativos a la corrupción política. Si decidís que sea un partido
conocido y del municipio de tu ciudad, habrá algunos que creerán que hablás del
político de turno, del intendente, y tomarán la novela como espacio de lucha y
visibilidad política: los que apoyan al intendente, te mandarán mails de los
más floridos y hasta comenzarán una campaña en tu contra; aquellos que están en
contra del intendente, usarán la novela para ir contra el intendente. Eso sí,
tanto uno como lo otro te traerá propaganda y aumentará tus ventas, a la par
del estrés, tal vez, o de una úlcera. El escándalo vende más que el talento,
tantas veces. Pero quizás hasta te comas una denuncia. Fue muy difundido el
caso de una diputada argentina que denunció a la autora por lo sucedido en una
novela (Chicas muertas de Selva
Almada).
Entonces, el nombre de ciudades, calles, instituciones, personajes, deben ser
bien pensados, en función de lo que quiero contar.
En la novela que estoy escribiendo
aparece un partido político. No es
un partido concreto, sino como espacio social donde el personaje asiste junto a
otros que se acercan por diversos motivos: abulia, conocer gente, buscar
trabajo, llevarse comida, dar un curso, promocionarse. Por lo tanto, decidí
inventar uno. Además, la política partidaria es un tema de mucho conflicto
en mi país, ha provocado desde divorcios
hasta peleas entre hermanos.
¿Qué nombre podría ponerle? Hice un análisis de cómo se denominan los
partidos políticos en la realidad.
1.Nombres tradicionales
La primera palabra puede ser:
-Partido. “Partido Peronista”, “Partido verde”.
-Liga.
-Nueva o Nuevo. “Nuevo
Encuentro”
-Unión. “Unión Cívica Radical”, “Unión Liberal Cubana”.
-Movimiento.
-Alianza. “Alianza Social”.
-Proyecto. “Proyecto País”.
-Restauración. “Restauración Nacional”.
-Lista. “Lista 71” .
-Comité. “Comité de Organización Política Electoral Independiente”.
Las siguientes palabras a la primera pueden ser elegidas:
-Según los fundadores: “Peronista” por Perón.
-Siglas. “GEN” (Generación para un Encuentro Nacional)
-Según un objetivo. “Victoria” (Partido para la Victoria).
-Según la propuesta política. “Socialista” (Partido Socialista), “comunista”
(Partido Comunista). “Humanismo” (Partido Humanista).
-Según el lugar, nombre del país o
alusiones a “república”, “Estado”, “nación”, “república”. “Unión por el Perú”, “Movimiento Popular Dominicano”, “Restauración
Nacional”.
2.Nombres no tradicionales.
Nombres más “poéticos” y hasta
surrealistas. Partidos que utilizan directamente una consigna que sintetiza los ideales u objetivos políticos y de
acción. Por ejemplo: “Primero la gente”, “Recrear para el crecimiento”,
“Renovación nacional”, “Convergencia”. Y aunque parezca de novela, en el Reino
Unido se creó un partido con el nombre de “Partido oficial del monstruochiflado y delirante”. Otros que podemos nombrar: “Partido Pirata” (Suecia),
“Partido Irreverente Surrealista” (España).
Y ahora un poco de estrategia marketinera. Estos nombres deben ser fáciles de recordar,
aludir a aspectos positivos como unión,
solidaridad. Es más fácil de recordar
el “Partido vivan los nabos” que “Unión para la democracia partidaria de la
liga marxista y telemundial de la economía subsidiaria”.
Además, hay que pensarlo en función
del logo. El de los nabos podría ser un nabo con una sonrisa. El otro, más
largo, ya se complica más.
Veamos algunos ejemplos de
partidos en obras de ficción.
-Fuego Nórdico en V de
Vendetta entraría en la categoría 2 (no tradicionales)
-Partido Exterior en 1984
sería un ejemplo de la categoría 1 (tradicionales) porque une la palabra
“partido” con un lugar.
Rabasa en una entrevista cuando
habla de su novela La suma de los ceros
también cuenta que se planteó ambientarla en México contemporáneo pero decidió
que no.
De hecho, al final de la novela alguien dice que, a nivel macro, pareciera que el único acto político relevante es el voto. Nos convertimos en sujetos políticos una vez cada tres años y ya. Y a mí no me parece que sea así. Por eso decidí ubicar la novela en un microcosmos y en un escenario que no fuera tan específico o reconocible localmente. Al principio me pregunté si valía ambientarla en México contemporáneo y usar nombres de partidos políticos reales. Pero me parecía que eso la ataba a ciertas limitaciones. (Fuente)
El periodista y escritor
argentino, Jorge Fernandez Díaz, en cambio, explicita que en sus novelas puede
adentrarse en el tema de las mafias argentinas, cuando, ciertas cuestiones, no
puede tratarlas en el ámbito periodístico. (Fuente)
Otros autores han decidido situar
la obra que habla de política en un sitio ficcional. Por ejemplo, la República
de Santamora en El Candidato de Jorge Bucay.
Es necesario recordar que siempre lo que se escribe en una
novela es ficción, o debiera serlo. Por lo tanto, nombre “real” o no, siempre
es un invento. Cada uno decidirá, según lo que quiere contar, las
denominaciones preferibles. No es lo mismo que lo diga un escritor ya
reconocido y multipremiado a un autopublicado. El primero, ya reconocido, lo
que haga y diga está investido de autoridad.
Además, este método de analizar las denominaciones es válido para crear un nombre de ciudad o de institución de otro tipo.
¿Y ustedes, cómo eligen los nombres?
Saludos.
ResponderEliminarPodría colocar un pueblo describirlo como tal, pero cambiarle el nombre.
Para evitar esos inconvenientes.
Escribo mi primera novela de ficción y soy nuevo en esto.
Hola, sí. Yo he usado pueblos reales que busco por google maps. Miro las calles, tomo capturas de pantalla a rincones, plazas, supermercados, para imaginarme el contexto, pero luego invento otro nombre para el pueblo, si el nombre no es importante. Si estás recreando un suceso histórico, por ejemplo, el nombre del pueblo puede ser fundamental. Es una decisión importante para tu novela. A mi me gusta cambiar el nombre para evitar aludidos. Suerte con la escritura y que la disfrutes.
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