Hasta ahora, hemos visto: cómo llegar a las primeras ideas, cómo generar ideas,
planificar o no planificar, etc. Ahora, creo que es oportuno considerar una
de las etapas que más disfruto de la escritura: investigar.
Es fundamental conocer el tema del que hablamos en la novela y para
ellos debemos documentarnos. Una manera de perder la verosimilitud es decir cualquier cosa a
través de un personaje experto en informática porque desconocemos qué es un
virus o cómo funciona un servidor. Si el lector sabe del tema, se sentirá
ofendido y revoleará la novela por la ventana. Si no es muy pesada, quizás no
mate a nadie. Perder la verosimilitud implica que el lector se da cuenta de que la
historia es una invención. Y cuando leemos necesitamos creernos lo que sucede
por unas horas. Forma parte de un pacto. Esto explica que algunas personas se
terminan enamorando de un personaje.
Aprendo mucho con cada novela o tema que indago en la previa antes de
comenzar a escribir.
Sobre todo cuando debo ponerme con cuestiones que desconozco. Ahora sé más sobre
reciclaje, esclavitud, tanques de biogás, oled, cine noir, ropa del cuarenta. Para una persona curiosa como yo, un dato
siempre me impulsa al siguiente, y al siguiente.
¿Cómo documentarse? ¿Con qué materiales? ¿Cómo registrar? Es de lo que hablaré en esta
entrada y en la próxima.
Si bien cada momento de la
escritura de la una novela lo planteo en etapas, la documentación abarca desde el inicio hasta el fin de todo el proceso.
Constantemente buscamos información; ante cualquier duda, consultamos en
Internet, en algún libro especializado. “¿Es así que un barco encalla?”, “¿Al
final la música de este tipo ya existía en la década del cincuenta?”.
En esta documentación es
conveniente armarse unas carpetas en la
computadora o un cuaderno para registrar toda la información y tenerla a mano. Podemos registrarla en cuadros , mapas,
diagramas, planos, listas. Además, en tanto buscamos, se nos disparan nuevas
ideas, situaciones, escenas, que es beneficioso registrar. Esto sucede porque,
en tanto investigamos sobre el tema que domina el personaje, construimos al
personaje. Aprovecho este momento para armar las primeras fichas de cada uno de
ellos.
Probé Evernote para acumular links, fotos y notas. Es una aplicación
gratuita bastante útil. Pero me he decantado por usar un cuaderno y pegar de
todo un poco. Además, me permite dibujar y lo puedo tener como objeto concreto,
a mi lado, en tanto escribo. Necesito verlo, tocar los
dibujos, mirar los gráficos. Sino, debo minimizar el archivo donde escribo y me
desconcentra eso de abrir y cerrar aplicaciones, buscar otra cosa dentro de la
computadora. Imprimir los archivos te hace perder dinero. Lo mejor, para mí,
fue optar por escribir a mano. Puedo llevar ese cuaderno cuando salgo para un trámite
y seguir registrando ideas.
Ya hablé de este cuaderno de novela que llamo “El cuaderno de (nombre del protagonista)”. No
sé, pero siempre termino llamándolo de esta manera. Me gusta decorarlo acorde a
la temática de la novela. Me provoca mucha ilusión y entusiasmo al comenzar con
un nuevo proyecto.
También es posible consultar con expertos. Sería lo ideal,
pero muchas veces no contamos con la posibilidad de que alguien lea el
manuscrito. Podemos apelar a preguntar en foros
especializados o pedir una entrevista a un profesional. Siempre contamos con la página de agradecimientos para menciona a
quienes han colaborado con generosidad. Una de las páginas que frecuento es Quora. En ella, expertos, no siempre,
responden a preguntas específicas. Es una comunidad bastante respetuosa. Puede
optarse por el inglés o el español.
También se puede enviar un mail o
averiguar en la universidad alguien que trabaje sobre el tema. Algunas
temáticas serán complicadas de entender. Primero, lo mejor, es aprender al
máximo por nuestra cuenta y luego acercarse a expertos con dudas puntuales.
“Escribe de los que sabes” es una
frase que leí en varios lados y apunta a que uses el conocimiento de tu
profesión o actividades que domines para otorgar verosimilitud a tu escrito, pero también
para impulsarte a leer y a aprender. Difícilmente puedas escribir sobre el
viaje de una nave espacial si no lees sobre astronomía y confundes una nova con
una galaxia o con una satélite; encima, crees que se puede salir de la nave
flotando y permanecer así durante días. Y el personaje sobrevive sin ningún
problema con un tubo infinito de oxígeno.
Algunos consideran que escribir sobre lo que sabemos es escribir
basándonos en nuestra profesión. John Williams escribió Stoner, el personaje y él son profesores
universitarios de la misma ciudad. O George Stewart escribió La tierra permanece gracias a sus
conocimientos de geografía. El protagonista de esta novela es geógrafo. Creo
que lo bueno de escribir, al menos en mi caso, es apartarme de mi área de
conocimiento. Me aburriría escribir sobre mi profesión. Prefiero fantasear
sobre otros mundos posibles, otras actividades y situaciones que nunca viví.
Como dicen: “Escribir es vivir varias vidas”. Entonces, siempre debes estar
atento a lo que no sabes para aprender y dotar a tus textos de verosimilitud.
Una buena idea es pasar el
manuscrito a un lector que pueda corregir
los detalles técnicos. Así me pasó que alguien me dijo que en el año cuarenta
no había televisión en los hogares. Se me pasó. Errar es de humanos.
No solo posees bibliotecas,
libros. Las películas y los documentales
son una buena fuente de documentación. Te ayudarán a pensar en las escenas,
se te ocurrirán nuevas, hasta los diálogos, y continuarás desarrollando, mientras
tanto, a los personajes. Si vas a escribir sobre el viaje espacial, tienes
muchas series que ya son clásicos. Dibuja lo que ves: los instrumentos de la
nave, la forma de la nave, un detalle que te puede servir.
Además,
es conveniente pasearse por base de
datos de libros publicados, por ejemplo, en Goodreads. Allí encontrarás otras obras que tratan sobre tu mismo
tema. Si deseas escribir sobre zombies, ya hay muchas novelas; quizás sea
interesante que leas algunas para hallar otra manera de contar sobre la misma
situación: la invasión zombie. Recuerdo que cuando comencé a escribir una de
mis novelas, descubrí que había otras que hablaban sobre colonias subterráneas,
por lo tanto, giré mi argumento hacia la construcción de un nuevo lenguaje para
aquellos que viven bajo tierra y que nunca vieron el afuera, la forma en que se
reconstruyen los recuerdos y cómo cambia la memoria de una generación a otra.
Es común que todas esas
producciones que giran en torno al mismo tema compartan ciertos detalles: la
falta de comida en la invasión zombie, el combate contra los zombies, la
decadencia de las construcciones. ¿Qué más puedo decir? ¿En qué aspecto puedo concentrarme? No es
plagio compartir este marco común, ya que forma parte de la fantasía social relativa
a cierto aspecto, tal cual sucede con los vampiros. Si pensamos en “vampiros”,
se nos viene un castillo, sangre, palidez, noche. A todos nos pasa lo mismo
porque se ha instalado en la mente social, por llamarla de alguna manera, es un
acervo común de representaciones. Una de los primeros obstáculos en la invasión
zombie es conseguir la comida. A la mayoría de los escritores del tema han
pensando lo mismo, ya que también es una cuestión lógica.
Para concluir, hay que documentarse siempre
al escribir una novela. Dispones de libros, documentales, series,
películas, foros, Internet y millones de páginas sobre la temática. Organízate en
el acopio de esa información para que luego puedas acceder y no sume caos al
proceso creativo.
En caso de no poder acceder a un detalle
preciso, reescribe la escena y quita esa información. Quizás no sea fundamental
para la historia y bien puedes pecar de no decir antes que decir cualquier
banana. Puedes hacer dudar al personaje o que diga que de eso no piensa hablar.
Todo dependerá de la situación y del conflicto principal . Incluso,
si es un personaje pedante que cree saberlo todo, puede equivocarse. ¿Por qué
no? ¿No sucede en la vida real? Los argentinos lo llamamos “mandar fruta”. “¡Qué
manera de mandar fruta!”.
En esta etapa suelo recopilar
frases que podría utilizar como epígrafe. Me sucede que leo y me dijo que de
esto se trata mi novela. Un epígrafe funciona también como un camino de lectura
que uno muestra al lector, una luz que ilumina determinado aspecto de toda la
trama. Por eso me gusta usar estas frases disparadoras. También las uso para
agradecer porque uno es lo que es gracias a los demás ya que somos seres sociales.
Un error que cometí es dejarme
abrumar por la cantidad de información sobre un tema que no domino. Para salvar
este problema, me sirvió delinear las escenas en las cuales ese conocimiento
debía aparecer. Quizás el protagonista es electricista y solo necesite empalmar un
cable y yo me estaba complicando con el funcionamiento de los circuitos eléctricos.
Si nos dejamos aplastar por tantos datos, lo más probable es que el proyecto de
novela termine en un cajón. Dominar un área de conocimiento demanda unos cuatro
años, como mínimo, pero nosotros disponemos de unos pocos meses. Por lo tanto,
lo mejor es no malgastar energías recopilando miles de datos que no usaremos.
Tampoco hay que descartar escribir
sobre un suceso que aconteció cerca de tu casa o en tu barrio para poder
visitar los lugares. Y si tienes posibilidades, viajar, hablar con las personas
sobre lo que vivieron. Después hay que convertirlo en ficción.
Y por último, Internet es
maravilloso, pero cualquiera escribe de cualquier tema. Incluso, no todo el que
firma es quien escribe el texto, por más que diga que sí. Existen escritores freelance que venden sus textos para que
otros se lleven la autoría. Hace tiempo en un video un experto en marketing se
jactaba de que “su” libro mejor vendido lo había comprado y no era de él. Con esto
quiero decir que hay que cotejar lo que uno consulta, comparar la información
en varias fuentes.
Besos y buena escritura
Buenos días
ResponderEliminarllego desde la iniciativa Seamos Seguidores, espero verte por mi blog Nomáscuentosdeprincesas
Saludos
Hola, Dalia. Ya me paso por tu blog. Gracias!
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