EL
SUPERHAMBRE: “EL HAMBRE SOY YO”
La ausencia de
hambre es un drama
que nadie ha
estudiado.
Título: Biografía
del hambre
Autor: Amelia
Nothomb
Año:
2006
Editorial:
Anagrama
Páginas:
208
ISBN: 9788433970909
Biografía del hambre es una novela autobiográfica que cuenta, sobre todo,
la infancia y la adolescencia de la autora a través de un aspecto: el hambre. Cuando hablamos de hambre lo
primero que pensamos es en la comida pero la autora no habla de ese tipo de
hambre sino que involucra a todos los sentidos: comer, tocar, mirar, oler. Más
que hambre la palabra que me resonaba mientras leía era voracidad. Un ser voraz dispuesto a tragarse el mundo, a deglutir
ese mundo mediante cada uno de los canales sensoriales: agua fresca, mujer
bella, olores dulces. Detrás de cada uno de ellos habita el acercamiento a la
belleza aún por la contracara de la fealdad y de lo hórrido. Es así que pasa de
la belleza de una mujer que admira, a la descripción de los leprosos y a la de su cuerpo desgastado por la anorexia.
El hambre es deseo. Es un deseo más amplio que el deseo. No es
voluntad, que es una forma de fuerza. Tampoco es debilidad, ya que el hambre no
conoce la pasividad. El hambriento es un ser que busca.
El hambre,
ese deseo de algo, esa puntada en el estómago siempre presente, es la insatisfacción permanente, es una
búsqueda continua de eso que nos podría satisfacer, al menos, de manera
efímera. Recuerdo un libro que leí hace tiempo, Tener o ser, donde Fromm se explayaba sobre la búsqueda infructuosa
de la felicidad a través de la satisfacción de los deseos. En este sentido, el hambre obraría como un
disparador perpetuo hacia algo que está más allá y que solo se alcanza por unos
segundos y que nos empuja, de nuevo, al vacío. El hambre señala al vacío. No es un hambre, es un superhambre.
Por hambre yo entiendo esa falta espantosa de todo el ser, ese vacío
atenazador, esa aspiración no tanto a la utópica plenitud como a la simple
realidad: allí donde no hay nada, imploro que exista algo.
Si Nietzsche hablaba de superhombre, me autorizo a hablar de
superhambre.
La superhambre no era la posibilidad de sentir más placer, era la
posesión del principio mismo del disfrute, que es el infinito.
El comienzo
del libro me pareció genial, me enganché enseguida con sus descripciones sobre un
lugar, Vanatu, donde la abundancia produce una vida sedentaria, abúlica y hasta
aburrida. Su manera de explicar el carácter de un grupo humano por el entorno,
quizás no acertado antropológicamente hablando, le permite luego explicar cómo
el derrotero de ciudad en ciudad, del contraste entre Pekín y New York, impactó
en su forma de ser en el mundo, en su hambre.
El libro,
para mi gusto, arranca con mucha fuerza y la logra mantener en casi todo el
libro pero el final se precipitó de tal manera que me pareció que lo cerró
porque lo tenía que terminar. Si al comienzo indaga de manera extensa ciertos
aspectos, al final pasa con rapidez saltando de año en año como si el hambre
fuera solo un aspecto de la infancia y la adolescencia, y no pudiera explayarse
en las nuevas formas de hambre que, según ella, la caracterizan. Tampoco pude
leer lo que más quería, el hambre de la palabra, el hambre de la escritura, ya
que apenas hay dos párrafos o tres hacia el final de la obra. Me pareció que al
libro le faltó crecer, madurar, completarse, adentrarse en el presente de la
autora, cerrar con algo más contundente a la altura del comienzo del libro. Cuando
lo terminé, no pude dejar de admirar su
estilo, me encantó su escritura aunque quizás no era el libro para estrenarme
con ella. En definitiva, seguiré leyendo a la autora. ¿Me recomiendan alguno de
sus libros?
No comprender algo es un fermento fenomenal para la escritura. Mis
novelas daban forma a una incomprensión creciente.
Por Keren Verna
Hola, Keren. Me llamo Lucas y en mis ratos libres me dedico a leer y a reseñar, sobre todo, ficción narrativa. Como mis observaciones son subjetivas, como las de todo el mundo, me gusta linkear a otros espacios como el tuyo para que el lector pueda contrastar y hacer con ello esto de la blogosfera literaria un universo un poco más polifónico.
ResponderEliminarRecientemente he leído "Biografía del hambre" y buscando otras opiniones me he topado con la tuya. La he leído y, porque, aunque coinciden algunas cosas, no deja de ser distinta, me tomo la libertad de linkearla: https://esa-esquina.blogspot.com/2018/08/biografia-del-hambre-de-amelie-nothomb.html
Gracias a esta búsqueda he descubierto este curioso espacio destinado a la literatura que tienes. Llevo como una hora ojeando y leyendo entradas. ¡Está genial el sitio! Se nota que le dedicas mucho tiempo y mimo. ¡Enhorabuena!
Hola, Lucas.
EliminarGracias por tus palabras y por el link. Me voy para tu blog a leerte. Besos!