CASAS SOBRE
HUESOS DE BACALAO
Tenía muchas
ganas de adentrarme en la literatura de otros lugares. ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA
es una novela, primera parte de la trilogía, escrita por el escritor islandés, Jón Kalman Stefánsson, nacido en Reikiavik
en 1963. La editorial Salamandra editó el resto de la trilogía que se
completa con: El corazón del hombre y
La tristeza de los ángeles. Sobre la
trilogía, bien podría cerrar la historia con la primera novela, porque posee un
buen final, cerrado y coherente. Es un punto a favor, ya que no me gustan las
trilogías cuyo final de cada libro queda colgado para el último.
La novela narra la vida de unos
pescadores que viven cerca del Polo Norte. El estilo del autor es precioso, con
las palabras justas y con una mirada muy poética sobre el ser humano y su
destino.
Con lo que me gusta el mar, los faros, el frío y las islas, esta fue una lectura que disfruté muchísimo. Además por el tono poético.
ASÍ COMIENZA
Las montañas se alzan imponentes sobre la vida y la muerte, y también
sobre las casas que se apiñan en la ensenada. Vivimos en el fondo de una hoya:
el día pasa, llega el atardecer, se llena lentamente de oscuridad y entonces
despiertan las estrellas. Parpadean eternamente por encima de nosotros, como si
tuvieran un mensaje urgente que transmitirnos, pero ¿qué mensaje, quién lo
envía? ¿Qué quieren de nosotros?, o quizá mejor aún: ¿qué queremos nosotros de
ellas?
MI LECTURA
El autor
trabajó como pescador, así que se mete en la vida de aquellos que cruzan el mar
helado en búsqueda de peces. Toda su existencia está atravesada por el mar y
por los peces. Sin peces, no sobreviven.
El inicio de la novela ya nos marca el tono
del resto del libro: una mirada poética, íntima, con un narrador muy cercano al
corazón de cada uno de los personajes. El estilo del autor que se
caracteriza por descripciones cortas, muy bellas, a través de los ojos de los
protagonistas. Completa su estilo las repeticiones que otorgan
musicalidad al texto y las referencias a elementos de la naturaleza como la luna,
las estrellas.
Marqué muchísimas frases que hablan de la
condición humana.
La vida del hombre es una constante competición con la oscuridad del mundo.
La gente vive, tiene sus horas, sus besos, risas, abrazos, palabras cariñosas, su alegría y sus penas, cada vida es un universo que luego se derrumba y no deja nada más que unos pocos objetos que deben su atractivo a la muerte de su propietario, se hacen importantes, a veces sagrados, como si fragmentos de la vida desaparecida se hubieran trasladado a la taza de café, a la sierra, al cepillo de dientes, a la bufanda.
Akranes, Islandia |
La trama principal sucede en un pueblo costero de Islandia, en una ensenada
rodeada de montañas, habitado por pescadores de bacalao. El contexto
es un frío perenne, tan cerca del Polo Norte que todo está atravesado por el la
nieve y el hielo. El sitio se llama
“Lugar”. Quizás, de esta manera, ese “Lugar” puede ser muchos otros también. Un
buen ejemplo de que se puede nombrar un pueblo sin nombrarlo más que por un
nombre genérico.
En Lugar
dominan los comerciantes. Ellos deciden sobre el destino de quienes viven allí,
toman las decisiones importantes y son quienes reciben a los capitanes de todo
el mundo. Este contacto con extranjeros, además, los separa del resto de los
habitantes porque les otorga cierto prestigio. Este estatus que ordena un pueblo
me recordó a la potencia similar de los predicadores en La biblia de neón de Kennedy Toole.
Aquí, en Lugar, viven unas ochocientas almas. En ochocientas almas caben muchas cosas. Muchos mundos, muchos sueños. Una enorme multitud de fenómenos, heroísmos y cobardías, traiciones y confianzas, buenos y malos ratos. Algunos viven de una forma que hace que se perciba su existencia, y su presencia altera de alguna manera la atmósfera que los rodea, otros se aferran a la vida durante muchos años pero no alteran nada, el tiempo pasa a través de ellos y luego están muertos, enterrados, olvidados.
En la novela se habla de las costumbres, el
miedo de los pescadores, la presencia
constante de los ahogados, y cómo ven al mar que guarda a
sus seres queridos, una presencia constante y viva. Uno de los temas presentes
es la lucha por sobrevivir al clima hostil, pero sobre todo, a la presencia
constante de los ahogados. Cada uno recuerda a algún esposo, hijo, amigo que se
ahogó en tanto intentaba pescar. Además, el autor ahonda en cómo este recuerdo
impacta en las familias. Casi podría decir que esto marca los momentos en la
vida de cada, esta presencia de los recuerdos de las catástrofes en el mar:
un barco de seis remos que se hundió llevándose doce hombres. Otro tema,
enganchado al anterior, es la lucha contra el olvido y la memoria.
El mar es de un azul gélido y nunca está quieto, un monstruo gigantesco que inspira, nos transporta casi siempre a su lomo pero a veces no, y entonces nos ahogamos; la historia del ser humano no es mucho más que eso.
Junto
a los sucesos importantes desarrolla el asunto de la practicidad. Uno de
los personajes ama la lectura, pero esta lectura lo aleja de sus
responsabilidades. Entonces, los demás lo critican porque poseer libros es
desperdiciar el dinero que podría usarse para sobrevivir. Y todo es tan
práctico que es mejor ser pescador y no saber nadar porque si se hunde tu
barco, en medio del mar congelado, es mejor morir rápido.
Los hombres no necesitan palabras en mar abierto. El bacalao no tiene interés alguno por ellas, ni siquiera por adjetivos como «magnífico». El bacalao no tiene interés alguno en las palabras, y sin embargo lleva nadando por los mares, casi sin cambio alguno, ciento veinte millones de años. ¿Nos dice eso algo sobre el lenguaje? Quizá no necesitemos las palabras para sobrevivir, pero sí para vivir.
Incluso, nada se tira. La madera puede ser
un bien suntuario en sitios donde no hay bosques. Es así que se cuenta que con
la madera de un barco, cuya tripulación se había ahogado, confeccionaron el
piso de una escuela. Me recordó a la escena de la escuela destruida por el mar
de la película The Vessel. Quizás
porque es un pueblo también de pescadores. Es una película preciosa.
Ofaera, Islandia |
Y la novela también es un libro que habla sobre la escritura y las palabras, sobre el valor de los libros.
En varios pasajes, el narrador expresa
sobre el poder y la función de las palabras.
Como aspecto negativo está la cantidad de
personajes. Entendí que todos son importantes porque el pueblo entero es
también protagonista, pero tuve que hacer una lista con los nombres y quienes
eran porque, además, está escrito con las letras del islandés, que es como el
ruso, letras que no existen en español y que no sabemos ni cómo se pronuncian.
De todas maneras, agradezco que no se los tradujera al español porque la
lectura no habría sido la misma.
¿Qué eres, vida? Tal vez, la respuesta se oculta en la pregunta misma, en el asombro que provoca.
Akranes, Islandia |
Akranes, Islandia |
Akranes, Islandia |
Copenhague, Dinamarca |
Copenhague, Dinamarca |
Entre el cielo y la
tierra es una novela poética, preciosa, para adentrarnos en otras formas de
vida, en aquellos pescadores que viven casi en el Polo Norte y que sobreviven
al frío intenso y al dolor por todos los ahogados.
Hola!brillante reseña de una lectura diferente de lo que siempre ansiamos leer.ya que no nos quedamos en un solo género ni estilo y las imágenes que acompañan dan un claro vistazo de lo que cuentas!saludosbuhos y gracias
ResponderEliminarHola me ha gustado la reseña y es una lectura diferente... me gusta lo que cuentas lo tendré en cuenta. Saludos
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarMientras te leía pensaba en eso que comentás de los nombres, porque además de lejano, el islandés es totalmente diferente.
Siempre me pregundo cuando la historia original es en un idioma raro si la traducción será de ese original o de alguna traducción intermedia.
Interesante reseña.
Gracias :)
Hola! La verdad es que las lecturas poéticas no son lo mío, peor me ha encantado como has hecho la entrada
ResponderEliminarSaludos guapa y me voy enamorada de tu entrada!