Contra el viento del norte (novela)

RELACIONES DE PIXELES

Sección del blog: Mis lecturas

Luego de terminar de leer La posibilidad de una isla quería cambiar de temática y de tono en mi lectura, así que me decidí por esta novela epistolar (en realidad está narrada a través de la lectura del intercambio de emails entre los dos protagonistas).

Contra el viento del norte, de Daniel Glattauer, comienza con un email fallido que una mujer, llamada Emmi, envía a Leo para desuscribirse de una revista. A partir de ese momento, con la insistente Emmi enviándole siempre el pedido a Leo, comienza una relación virtual de dos conocidos que se cuentan cosas porque el anonimato y la distancia les permite desahogarse. ¿Hasta dónde llegarán con esa relación? ¿Cruzarán la barrera de lo virtual y se verán en persona?

ASÍ COMIENZA

15 de enero Asunto: Baja Querría anular mi suscripción. ¿Es posible hacerlo por esta vía? Un cordial saludo, E. Rothner

LEO LEIKE es asesor en comunicación y ayudante de psicología del lenguaje en la universidad. Acaba de terminar con su novia, de quien estaba muy enamorado y sufrió bastante porque él quería casarse con ella.  Es un hombre que parece muy serio y centrado en sus estudio, el típico académico. EMMI ROTHNER es su antítesis, es excéntrica, desfachatada, volcánica. Además, según ella, está “felizmente casada”.  Por momentos me costó engancharme con ella porque de tan explosiva se torna un poco violenta, llegando a insultar a Leo. Leo me pareció de esos varones que, por ser educados y respetuosos, se dejan humillar. Por ejemplo, Emmi le dice “eres un perdedor, asombrosamente noble, bueno y refinado”. Si una mujer que no sabés quién es (también puede ser un hombre ya que no sabemos quién es quién en el anonimato de internet) te dice esas cosas, ¿vos le seguís escribiendo? Lo dudo. Yo no lo haría. Pero Leo sí, parece que le atrae ese volcán Emmi, y lo entendí por lo que él estudia: cómo las emociones son moldeadas por las nuevas tecnologías. Quizás la estaba estudiando y quedó atrapado en sin poder cortar el envío de mails.

Además, ella tiene una mirada terrible hacia las personas a quienes llama “gabinete de los horrores”. Es decir, es una mujer agresiva y egoísta. Un ejemplo de lo que dice Emmi:

Llegué a pensar que tal vez el mail no era erróneo. Sucede en el mundo virtual que uno recibe mensajes de desconocidos. A veces, esperan saber si hay una mujer del otro lado, en caso de ser un varón que busca una mujer. Conozco de personas que así conocieron y se citaron con otras. Un poco arriesgado para mi gusto, pero me pasó una vez de recibir así, al azar, un mensaje al celular y que luego me pedía perdón por la equivocación, que yo le parecía simpática e intentó avanzar más. No le contesté más, pero adiviné la intención. Terminan luego pidiéndote una foto. Un cliché de levante internetero.

Como aspecto positivo de la novela puedo mencionar que me resultó original que utilice el formato email en lugar de cartas, por lo tanto, toda la novela está escrita con discurso directo, lo que escriben los personajes. Incluso, he visto novelas que utilizan textos que serían de un chat. Es interesante ya que hoy día son pocos los que mandan cartas, a mí me gusta mucho y me había sumado a una plataforma para conocer gente de todo el mundo, pero al final querían la correspondencia por email que yo no quería. Hoy la gente se comunica por otros medios. Y es a partir de esta comunicación que el autor construye a los personajes. Solo es a través de lo que cuentan. 

Además la lectura se torna un poco adictiva por el formato de ida y vuelta de emails.

Otro punto a favor es el final, que no voy a contar, pero me pareció un buen desenlace para la historia. La novela tiene una segunda parte que no siento que sea necesaria porque la historia cierra muy bien, para mi gusto.

Como aspecto negativo, no logré entender a la mujer. Me pareció una persona muy egoísta, infantil, manipuladora. A medida que leía quería que Leo deje de escribirle y que la mande al cuerno porque no tenía demasiado positivo que me permita acercarme a ella. Por lo tanto, no puedo creerme la relación que se forma entre ellos, ni de amistad ni de ningún tipo.

Otro punto negativo es la falta de profundidad en la conversación que suele caer en una charla un poco banal aunque parece muy intelectual. Lo digo porque Leo es académico pero no lo sentí como tal.

Los viejos tiempos no pueden repetirse. Como su nombre indica, son viejos. Los nuevos tiempos nunca pueden ser como los viejos. Cuando lo intentan, parecen viejos y agotados, como quienes los echan de menos. Nunca deberían añorarse los viejos tiempos. El que añora los viejos tiempos es un viejo añorante.

Estuve leyendo las críticas en Goodreads y la novela gustó. Tiene muy buenas críticas en su mayoría. Ya sabemos que así es el arte, totalmente subjetivo.

¿SI UN HOMBRE LE DICE A UNA MUJER CABRONA ES MALTRATO?

La mayoría dirá que sí. ¿Y si una mujer grita “cabrón” a un varón cómo se llama? Para mí es maltrato. Y podría enumerar otros maltratos hacia varones que comete Emmi, que no diré por el spoiler. Lo que me llama la atención que en Goodreads la mayoría la catalogó como una hermosa historia de amor. ¿Por qué este tipo de maltratos se nos vuelve invisible? ¿Por qué Leo dejó que una mujer anónima lo maltrate?

En la frase siguiente ella apela a tratarlo de poco hombre (poco viril, lo cual es un golpe bajo para un varón porque según el rol masculino predominante o normalizado el varón debe ser valiente):

¿Es posible que haya dejado de interesarte porque encima estoy «felizmente comprometida»? Si es así, al menos sé lo «bastante hombre» para decírmelo.

RETO ACTUALIZADO

►Tras los pasos de...

 En la novela se mencionan varios lugares debido a los viajes académicos que realiza Leo. Se menciona París, Bucarest, Amsterdam, Praga, Portugal. 

Decidí buscar información sobre Bucarest, a pesar que ya había buscado información cuando leí Solenoide. 

Contra el viento del norte recrea esas relaciones modernas de citas de internet, relaciones de chat tan contemporáneo donde las personas imaginan y fantasean con alguien a quien solo conocen a través de la letra times new roman desplegadas en una pantalla. Y es esa virtualidad la que une a los que en la vida corporal, quizás, no se darían ni la hora.