Leí la novela en una tarde ya que apenas tiene 170 páginas. Alejo Carpentier me atrapó con su
escritura y con la historia. EL REINO DE ESTE MUNDO es una novela
histórica, corta, del año 1949. La obra trata
sobre la vida de un esclavo, Ti Noel, desde su condición de esclavo hasta su
ancianidad. Él es testigo de la vida terrible que padecen quienes han
perdido la libertad, de su nostalgia de dioses y de la crisis durante las
transiciones en la época de las colonias. También observa la abolición de la
esclavitud y la llegada de nuevos tiranos.
Confieso que tuve que
leer un poco de la historia de Haití para poder contextualizar mejor esta
novela. Por ejemplo, se menciona el “vómito negro”, la epidemia de fiebre
amarilla que sucedió en 1802; Sans Souci, que es la mansión del primer rey
haitiano, Henri I, me pareció un dato sorprendente. Este monarca comenzó a
construir su palacio en 1810 usando como mano de obra a ex esclavos, muchos de
ellos murieron por las condiciones laborales. Una pena que no esté habilitada
la opción en Street View, como siempre me gusta mirar en los mapas las zonas
que se mencionan en las novelas.
Ti Noel como esclavo
cumple con su deber, pero siempre desea ver renacer la gloria de sus dioses y
escucha en la lluvia, ve en los animales, el llamado de sus deidades que piden
venganza por haber doblegado a su pueblo. Surgen algunos esclavos que encarnan
la venganza, que llaman a envenenar el ganado y a los dominadores, como
Mackandal, Buckman. Mackandal fue condenado a muerte y quemado en la hoguera en
1758, es el símbolo de la liberación esclavista.
Durante años sucede un juego de poder entre
dos bandos: dominadores y dominados. Las rebeliones parecen perder fuerza,
vuelven, nuevas matanzas, ritos fúnebres, suplicios.
Se sintió viejo de siglos incontables. Un cansancio cósmico, de planeta cargado de piedras, caía sobre sus hombros descarnados por tantos golpes, sudores y rebeldías. Ti Noel había gastado su herencia y, a pesar de haber llegado a la última miseria, dejaba la misma herencia recibida. Era un cuerpo de carne transcurrida. Y comprendía, ahora, que el hombre nunca sabe para quién padece y espera. Padece y espera y trabaja para gentes que nunca conocerá, y que a su vez padecerán y esperarán y trabajarán para otros que tampoco serán felices, pues el hombre ansía siempre una felicidad situada más allá de la porción que le es otorgada. Pero la grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es.
Pero sabemos que las
colonias fueron liberadas. ¿Liberadas? Esta parece ser una duda que transita la
obra. El esclavo pasa de ser esclavo a ser prisionero libre. De perder una
libertad para perder otra. Lo domina el hombre de piel blanca. Luego lo domina
el hombre de piel oscura. Es sojuzgado por un rey de piel blanca. También es
sojuzgado por un rey de piel oscura. Me pareció interesante la reflexión sobre
las nuevas formas de dominación a través de las ideas, de la incorporación de
los ideales y la cosmovisión del otro. Recuerdo una frase de Doctorow, La gran marcha, libro que recomiendo
mucho: «Puede que esto fuera la esclavitud del futuro, atar a un negro libre a
sus anhelos de blanco».
Un punto que me gustó
fue el contraste o choque entre la visión de los dos grupos culturales. Dioses
de un lado unidos a la naturaleza, que piden venganza. Del otro lado un dios
que pide poder, un dios único y cósmico.
Sobre el título, me
pareció muy acertado ya que también forma parte del contraste antes mencionado.
Los dioses habitan en el reino de otro mundo, y el reino de este mundo es el
reino hecho a medida de los seres humanos que creen que es producto de los
dioses.
Pues no he leído nada del autor y me has conseguido tentar. Una buena forma de conocerle y de aprender.
ResponderEliminarBesotes!!!
He oído sobre este autor, pero no he leído nada de él. Me llevo anotado el titulo. Te mando un beso
ResponderEliminarEnamorada de las letras
Lo tendré en cuenta Keren. Cada vez abundan más las novelas cortas, y cuando son de estas temáticas me interesan mucho. Besos :D
ResponderEliminar