PLANIFICAR O NO PLANIFICAR, QUERIDO HAMLET
Como todos los miércoles, quiero compartir unas entradas para que te ayuden a escribir y publicar tu novela.
Ahora que tienes un conjunto de ideas y alguna de ellas
que podría dar origen a una historia, es hora de pasar al segundo paso: desarrollar lo que será tu novela.
Algunos odian planificar y se lanzan a escribir y que los lleve donde el mar de
la creatividad los arrastre. Estos escritores quizás sean más seguros, aventureros
o amantes de la adrenalina; otros, más detallistas y metódicos, diagraman hasta
las casas, inventan árboles genealógicos, llenan cuadernos y cuadernos con
notas. A los primeros se los llama escritores
de brújula y a los segundos, de mapas.
Nadie puede decirte qué tipo de escritor
debes ser porque es una decisión personal. Tampoco se puede decidir una vez
para siempre. Algunas veces será mejor planificar y otras, no. Creo que todo depende de la historia que
quieres contar y cómo la quieres contar. Una historia de fantasía, con
muchos personajes, que abarca varias generaciones, será mejor planificarla al
detalle para facilitar la escritura.
Mis primeros intentos de novela fracasaron. Quedaron ahí
por la mitad, enroscadas, ni sabía cómo seguir porque era tal el entrevero en
mi cabeza que leía una serie de escenas caóticas. Si yo como escritora no
entiendo, imaginen el pobre lector qué tortura. Encima, agarraba el texto meses
después y notaba que escribía distinto. Si un día estaba de mal humor,
proliferaba una escritura más cortante y hasta irónica. Si estaba triste, caía
en una especie de lirismo pasado por agua. Al leer todo el texto completo,
parecía que había sido escrito por varias personas y me decía que dios mío,
cuando tenga que corregir será una tarea del demonio. Y ahí volvía a dejar todo
a medio escribir, hasta con dolor de cabeza.
Para
participar en el Nanowrimo, debido a
que disponía de un mes para escribir una novela, planifiqué con detalle. Resultado: publiqué la novela. A partir de
ese momento, me convertí en una maniática de la planificación. Hasta invento el cuaderno de la novela para
registrar ideas, dibujar las casas, un plano del pueblo, pego imágenes, diseño
la ropa de los protagonistas, un calendario. Todo ese material me ayuda en la planificación.
Por
ejemplo, los siguientes son dos collage
que armé para personajes de Tres formas
de calzar un zapato prestado.
Luego, en un documento en Excel, anoto las escenas
hasta el final, por lo general, en un orden temporal. Después, las acomodo
según el mejor orden para contar la
historia. Por ejemplo, quiero que comience cuando ella se va de la casa,
luego contar el motivo de su partida; al final, el destino final donde ella se
instala.
Este archivo en Excel es mi guía.
Esto no quiere decir que me acomodo a cada una de las escenas. Por lo general,
comienzo a escribir, y me salen nuevas escenas o se me caen algunas de ellas.
Por lo tanto, uno es un escritor de
brújula y de mapa, parte planifica aunque sea en la mente y parte se deja
llevar por la creatividad. ¿De qué sirve una brújula sin un mapa?
En esta planificación es importante tener en cuenta:
►El tiempo
en qué transcurre toda la historia. Para no perderme y no hacer que un
personaje, involuntariamente, salte de 23 años a 30 en 14 años, coloco en cada
posible escena el nombre del personaje con su edad entre paréntesis y la fecha
en que acontecen esos eventos. Un cuadro posible sería el siguiente:
►La hora
es importante ya que nos permitirá visualizar, o tener presente, qué sucede
fuera del espacio, si es de noche o de día, si la gente está trabajando o
durmiendo. Parece una obviedad, pero no está bueno decir que alguien justo
llegó a la reunión con la cara encendida por el sol si la reunión fuese a las
22 horas. Son estos pequeños detalles menores los que rompen la magia de
lectura al lector, hacen perder la verosimilitud.
►Cuando creo un espacio,
como la sala de un consejo, me gusta dibujar un plano: si hay mesa y dónde, qué
otros objetos acompañan, si hay cuadros, si las paredes son blancas.
Todos estos detalles, lo más
probable, es que no aparezcan en la novela, pero crearlos nos ayuda a meternos
en la historia, a visualizar mejor cómo se mueven los personajes por ese
espacio. Eso es lo que reconstruirá el lector, agregando nueva información. En
caso de olvidarnos de un detalle y cambiarlo, por ejemplo, la estatua gigante antes se había dicho que era de una
mujer y luego nos olvidamos y es de un hombre, sacará al lector de la lectura y
creerá que alguien movió o cambio la estatua. Pasará hojas y hojas esperando
que uno le diga que ese cambio fue importante o que le cuentes el motivo.
Cuando termine de leer, se preguntará: “¿Pero qué pasó con la estatua?”
EJERCICIO
Busca una novela corta que hayas leído y rearma el cuadro anterior para observar el mecanismo que utilizó el autor para planificarla. Puedes hacer lo mismo con una novela tuya que esté ya terminada y corregida.
La próxima quiero compartir
unos programas que ayudan a planificar una novela.
Besos y buena escritura!
Que importante es la hoja de excel, y planificación. Yo desde que leo en eBook, me doy cuenta de que todo importante ocurre al 50% de la novela, y casi de una manera exacta. Saludos.
ResponderEliminarHola. Es una herramienta fácil de usar y muy útil. Además te ayuda a no escribir escenas que no aportan nada. Es cierto que ahora, me pasa lo mismo, ya no son hojas sino porcentajes. Besos!
Eliminar