Thomas Bernhard era uno de mis eternos pendientes, de esos
que te avergüenzan no haberlo leído.
Me decidí
por Tala porque criticaba el mundo artístico y creí que trataba sobre un novelista.
Desde el comienzo, pude entrar en la
mente de ese hombre que mira una fiesta sentado desde un sillón de orejas.
Cínico, mordaz y terriblemente lúcido, el protagonista no me dejó indiferente.
Tala
Thomas Bernhard
Alianza editorial
2007
208 Páginas
Considerada por el conocido crítico alemán Marcel Reich-Ranicki como una de las veinte obras maestras de la literatura alemana, TALA (1984) es una demoledora invectiva contra el mundo artístico de Viena y, al mismo tiempo, un análisis de la extraordinaria complejidad que caracteriza las relaciones y los sentimientos humanos. En esta novela impregnada del inconfundible estilo de Thomas Bernhard (1931-1989), el narrador, invitado a una cena en casa de unos viejos amigos con los que había cortado toda relación, da libre curso a la memoria desde su posición de observador implacable, atrayéndola una y otra vez hacia el presente en un vaivén jalonado de diatribas y reflexiones que se traduce en un reconocimiento irritado y profundo de la infelicidad, de la esterilidad del esfuerzo y de la desesperanza.
La novela se centra sobre todo en una noche en Austria, durante una
fiesta “artística” organizada por un matrimonio que se presenta como perfecto y
refinado, apenas unas horas después del entierro de una mujer que se ahorcó, Joana,
antigua amiga del protagonista.
Durante
la fiesta, el protagonista, un artista vienés, se sienta en un sillón de
orejas, en un rincón y, entre visita y visita, recuerda qué lo llevó a ese
lugar. En sus meditaciones, critica con ferocidad la hipocresía del mundo
artístico, las caretas sociales que portamos por comodidad o costumbre. A la
fiesta asisten desde un actor hasta músicos y otros miembros de este ambiente
creativo.
…personifica para mí el ejemplo típico del antiartista en general, pensaba en mi sillón de orejas, y es el prototipo del histrión totalmente carente de inspiración y, por lo tanto, completamente de espíritu, como ha gustado siempre en el Burgtheater y, por consiguiente, en Austria en general, uno de esos horrorosos actores patéticos como los que todas las tardes se lanzan en manadas en el Burgtheater sobre cualquier obra poética que allí se represente, con su provinciano perverso retorcerse de manos y sus brutales mazazos verbales, y la destrozan y aniquilan.
La novela
está escrita a modo de monólogo interior que cobra profundidad y dureza en el
transcurso de la obra, adentrándose más y más en el odio y el rechazo que
siente el protagonista por los habitantes de su entorno, incluso, de la
humanidad.
Pero no
se queda en la crítica a los demás sino que luego se dirige hacia sí mismo,
hacia el papel imitativo e igualmente hipócrita que jugó en su juventud. Es la
mirada madura de un solitario de cincuenta años hacia los otros que
siguen con el mismo rol sin ahondar en las paradojas de la sociedad, en la cómoda
ceguera de la lisonja y la vanagloria.
Han pasado treinta años desde que te humillaban diariamente y desde
que te sometías a ellos de una forma vil, pensaba en mi sillón de orejas,
treinta años desde que te vendiste más o menos a ellos de la forma más abyecta.
Prefiero viajar, sea a donde sea, solo, lo mismo que también prefiero
andar solo.
Siempre se lo he fingido todo, me decía. Sólo se lo he fingido siempre
todo a todos, durante toda mi vida sólo he fingido y representado, me decía en
mi sillón de orejas, no vivo una vida real, una vida verdadera, sólo vivo y
existo una vida fingida, sólo he tenido siempre una vida fingida, nunca una
vida real, verdadera, me decía, y llevé esa idea tan lejos que, finalmente, me
creí esa idea.
Me costó
adentrarme en el estilo del autor porque repite frases de manera constante;
avanza repitiendo y agregando, profundizando lo ya dicho. Leerlo fue como caer
en una espiral interior de la mente de alguien que se tortura pensando aquello
que nadie quiere reconocer. Es un tema que me apasiona: el de la extrema
lucidez con la que deciden vivir las almas torturadas. Es que nosotros solemos
decir: “Mejor no me cuentes”, “No quiero ni pensarlo”, para vivir en la
comodidad del silencio transformado en acuerdo social. Muchos de estos seres
sensibles y lúcidos optan por el suicidio. Es duro vivir de cara a la realidad
despojada.
Otra cuestión que pensé es en el arte de las puteadas
(insultos). Los hay de lo más refinados en Tala: “trepador nobiliario”, “cómicogrotesco”,
“antiartista”, “prototipo del histrión”, “fantoches pequeñoburgueses”, “embrutecidos
literatos”, “ambiciosas paniaguadas”.
Cuando
leía las críticas que el protagonista dispara contra los artistas que dependen
del Estado, me acordaba de ciertas disputas en mi país cuando los artistas utilizan
el arte para propaganda política. Entonces uno lee una novela cuyo eje trata
del enfrentamiento de un grupo de militares transformados en demonios contra
unos grupos armados transformados en ángeles salvadores, y cosas por el estilo.
La crítica apunta a cuando un artista vende su creatividad y la coloca en
función de un panfleto, del oportunismo y cobra enormes cantidades de dinero
por ello, millones en mi país, por ejemplo. El riesgo es quedar pegado y perder
credibilidad y ya nadie quiera ir a verte actuar en el teatro. Eso sí, al menos
les resta el consuelo del bolsillo repleto de dinero.
…y no son más que pequeñas, redomadas y ambiciosas paniaguadas del
Estado, que han traicionado a la literatura y al arte en general por unos
cuantos premios ridículos y una pensión asegurada, y han hecho causa común con
el Estado y con su chusma de funcionarios de cultura y, entre tanto, se han
acostumbrado a su cursilería imitativa con la misma infamia con que trepan por
las escaleras de los ministerios que conceden subvenciones.
…literatura verborreica imitativa y falsamente intelectual que siempre
he odiado, pero que aman los lectores de las editoriales fanáticos de la moda,
siempre deseosos de brillar y atascados en su pubertad científico-literaria, y
que los seniles funcionarios del Ministerio de Cultura de la Minoritenplatz
subvencionan con empeño.
Thomas Bernhard, ya en su madurez, rechazó premios. En
varias entrevistas ha dicho: “Me vi obligado a escribir aquellas cosas sobre
las que nadie hablaba”, “Creo que todo lo que escribe un autor o un poeta es
una crítica. Incluso si es un cuento de hadas”, “los artistas reinventan el
mundo cada día y los políticos lo convierten en ruinas”.
TRAS LOS VIAJES DEL HOMBRE SENTADO EN UN SILLÓN DE OREJAS
La obra se contextualiza en Viena, Autria. Se mencionan distintos lugares, me fueron difíciles
de recordar porque sonaban muy rebuscados: “…tampoco el Kohlmarkt, lógicamente
tampoco la Karntnerstrasse ,
había evitado la Spiegelgasse lo mismo
que la Stallburggasse y la Dorotheergasse
e igualmente la Wollzeile , a la que
siempre había temido, y la Operngasse …”.
En el collage se pueden ver algunas fotos del Museo de Éfeso situado en el Nuevo Palacio Imperial
conocido como Neue Burg con sus colecciones de armaduras e instrumentos
musicales. Es posible acceder a un recorrido virtual a partir de StreetView
subido por el mismo museo.
Es una obra imperdible que retrata la otra cada del mundo
artístico, aquella de la que nadie quiere hablar y que nadie quiere ver. Con
mordacidad, nos quita las vestimentas de la hipocresía y nos deja tal cual
somos, seres plagados de buenos modales, tan solo actos de cobardía.
De seguro
seguiré leyendo al autor. ¿Han leído otra obra para recomendarme?
Besos y buenas lecturas!
¡Hola, Keren!
ResponderEliminarMe he leído tu reseña completita y apreciado las fotos, y definitivamente, me llevo este libro apuntado. Sin duda alguna, me atrapó la idea de desnudar la mente del protagonista. Como tú dices, por comodidad preferimos no decir o escuchar algo, pero todos los días hay algo que nos 'atormenta'. Además, la sociedad nos ha creado así. Hoy en día la honestidad es una cualidad necesaria, así como la empatía.
Me gustó tu reseña.
Un beso, nos leemos pronto :)
Me alegro que te gustara. Me gustó que el autor no se cayó sobre las mediocridades de su sociedad. Muy corajudo. Besos y buenas lecturas!
EliminarHola! No conocíamos este libro y las historias ambientadas en Viena nos suelen gustar mucho. Lo único que nos echa para atrás es lo repetitivo que suele ser el autor, lo pensaremos. Gracias por descubrirnos esta historia.
ResponderEliminarUn beso
Marta y Laura
HOla Marta y Laura
Eliminarsí, es un libro que se mete en la obsesión de alguien, muy bien escrito, pero es la única parte que me resultó algo tediosa. Besos!
Holaaa
ResponderEliminarPues no he leído nada tampoco suyo, pero por lo que nos cuentas este libro es "diferente", y eso lo vuelve alejado de lo que suelo leer, así que me lo apunto :D
Para cuando quiera leer algo distinto estará bien!
Muchas gracias por la reseña
Un besazo ^^
Hola
EliminarDe nada y espero te guste! Besos!
Buena!
ResponderEliminarNo conocía el libro la verdad pero no consigue despertad mi atención
Me alegra muchi que tu lo hayas disfrutado
��Te espero por el rincón de mis lecturas, un besote
Hola
EliminarSi te gusta el teatro, tiene varias obras. Estoy tratando de conseguir alguna.
Nos vemos por tu rincón. Besos!
Hola!! no conocia este libro y creo que, a pesar de que me costaría trabajo hacerme a su lectura, merecerá la pena leerlo. Gracias por la recomendación. Besos!!
ResponderEliminarHola, de nada y espero lo disfrutes. Besos!
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