Los oscuros
años luz es una
novela de ciencia ficción de Brian Aldiss
que trata sobre el choque entre la
visión del mundo de la humanidad del futuro y una especie alienígena,
llamada Utod. Fue publicada en 1964 bajo el título de The Dark Light Years. Podemos ponernos en la piel de cada uno de
los dos lados en este contacto, que reproduce, de alguna manera, las relaciones
coloniales, ya no entre humanos, sino entre humanos y otras especies de otro
planeta. Así, podremos ver cómo los utods
llaman a los humanos “hombre con piernas”, en tanto los humanos consideran
a los alienígenas más cerca de los cerdos que de una especie consciente.
Como contexto de
estos sucesos, durante el año 2035, hay una guerra planetaria entre parte de
Europa con parte de Sudamérica, por este motivo, los militares han logrado
obtener poderío y toman decisiones importantes para el futuro, tanto de la
humanidad, como de la especie extraterrestre. Observamos una alianza entre
poder político, militares y científicos.
—Se trataba de ellos o nosotros —repitió Quilter.
Creo que la parte
central de la novela es explorar el choque
de visiones entre dos especies, y qué sucede cuando una de ellas
domina a la otra. La forma de colonizar una especie me recuerda a la forma en
que se repartieron África para luego invadir esta región. Además, en nombre de
la civilización se cometieron muchos atropellos, calificando a los otros como
casi animales por no contar con modales o pautas de higiene que se consideraban
“humanas”, es decir, como un humano debe ser. Se los obligó a aceptar
costumbres europeas bajo diversas formas de hostigamiento.
La novela presenta una base antropológica, y hasta filosófica, ya que indaga, o mejor dicho, te pregunta, qué es una civilización, qué nos hace humanos, qué es la inteligencia, cómo se mide. Además, hay una frase que vuelve una y otra vez: “Según nuestro sistema de pensamiento, la civilización se reconoce por la distancia que el hombre ha puesto entre sí y sus excrementos”. Pero ¿qué pasa si para otra especie los excrementos constituyen la base de la civilización?
Otro aspecto que
desarrolla es el de la comunicación. ¿Es posible comunicarse cuando cada
especie mira el mundo de una manera completamente diferente? Y esto sucede
porque la forma de nominar, el pensamiento, el lenguaje, el mundo construido,
forma parte de un mismo proceso.
Una novela que me
pareció se puede relacionar con esta historia es Galápagos de Kurt Vonnegut, donde también se reflexiona sobre la
condición humana y si el cerebro con su tamaño desmedido no es, al final, una
atrofia. Al menos, en varias partes recordé esta lectura y encontré algunos
puntos en común.
En conclusión, Los oscuros años
luz es una novela muy bien contada, con unos diálogos excelentes, para
pensar el proceso civilizatorio y la colonización de nuestro pasado, así como
la posibilidad de la relación de la humanidad con otras especies más allá de
nuestro planeta.
Hasta la próxima y que tengan muy buenas lecturas.