Como
siempre me gusta, busco imágenes de los lugares que se mencionan en el texto para conocer más de este precioso planeta.
El castillo de Duino,
lugar donde Rilke recibió la inspiración para escribir las elegías que llevan
su nombre, está ubicado en la costa de la provincia de Trieste, Italia.
Se llega por una calle empinada,
con construcciones coloridas y bastante pegadas unas de otras. La calle se
llama Vía de Duino.
El castillo en realidad son dos
construcciones: una del siglo X, ya en ruinas; otro, aún habitable y reciente.
Rilke
fue invitado por Marie von Thurn al castillo en 1910. Por entonces era
ya un poeta conocido en el círculo de artistas e intelectuales, había sido
secretario de Rodin. Había conocido al escultor en 1902.
Asomado en una terraza con vista al mar
escuchó esa voz poética que le susurró los primeros versos: "¿Quién, si yo
gritase, me oiría desde los coros celestiales?". ¿Misterio de la creación
poética? ¿Guía espiritual? ¿Un ángel? Me gusta creer que un poco de todo eso.
La leyenda de la Dama blanca
alude a una gigantesca roca blanca que se sumerge en el mar desde la parte más
baja del castillo viejo. Visto desde lejos, parece que el castillo descansara
sobre una falda enorme. Dicen que entre sus ruinas se pasea una mujer por las
noches.
Si tuviera un buen salario, ya estaría viajando a Trieste.
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