Habla, lengua, idiolecto,
sociolecto y chamuyo.
He
visto muchas obras en las redes valoradas con una estrella o un limón o un
canario o una escoba, porque estaba escrita en “sudamericano”.
El habla “sudamericana” no existe. Lo
que sí existe es el prejuicio: “Ahí va un sudamericano”, “no se aceptan
sudacas”, “tenía que ser latino”, “los latinos son todos drogones”, “está
escrito en sudamericano”. Los vemos en las películas. Si hay un narcotraficante:
es latino. Si esclaviza a mujeres para la prostitución: es latino o
descendiente de africanos.
No existe el habla “sudamericana” porque
Sudamérica es una región enorme donde habitan una multitud de “hablas”
distintas. Para empezar tenemos dos grupos de idiomas: portugués y español.
Luego, dentro de cada uno, existen infinidad de “hablas”. En Argentina se habla
de una manera distinta que en México, por ejemplo. Si escucharon un tango,
recordarán ciertas palabras como “faso”, “mina”; estas palabras forman parte
del “lunfardo”. Hoy día, además, los argentinos contamos con otra forma de
expresión: el tumbero. “Yuta”, por ejemplo, significa policía.
Esto no es todo. “Habla” no es lo mismo
que “lengua”, “dialecto”, “sociolecto”, “idiolecto”, “chamuyo”, “jerga”,
“idioma”.
Lengua:
Sistema de signos con el que se comunican los miembros de una comunidad.
Habla:
realización individual de la lengua.
Diferencia entre lengua y habla: la
primera es un código social; la segunda, es el uso individual de ese código.
Dialecto:
modalidad geográfica de una lengua que comparte un rasgo o un conjunto de
rasgos que la distinguen de otras variedades de la misma lengua. Los habitantes
de Buenos Aires hablan de otra manera que en Córdoba. Dentro de Argentina se
hablan varios dialectos. Al dialecto también se lo llama “variedad regional”.
Idiolecto:
variedad lingüística que caracteriza el habla de un individuo. En un dialecto
cada hablante posee sus propios idiolectos.
Jerga:
variedad que caracteriza el habla de un determinado grupo social o profesional.
Existe una jerga médica, por ejemplo.
Sociolecto:
variedad lingüística característica de cada uno de los diferentes de estratos
sociales de una comunidad.
Decir que la novela está “hablada en
sudamericano” es achatar la novela a un narrador, al autor. Entonces, en cada
novela se “habla” como el autor y no es posible que un personaje se exprese con
una jerga o con un idiolecto o sociolecto. Todas las novelas deberían entrar en
la chatura de una única lengua. ¿Cuál? Es obvio: el castellano “neutro”, pero
que no es neutro porque forma parte de un proceso de colonización y de
imposición de un tipo de lengua con su habla correspondiente.
Si
van a poner estrellas, zapatos, solcitos o caramelos, al menos se deberían dejar
de lado los prejuicios, ya que “hablar en sudamericano” oculta un acto de
discriminación.
En la novela que ahora estoy
corrigiendo, la escribí para el Nanowrimo 2015, su historia no acontece en Argentina,
sino en un sitio totalmente ficcional, en una región del futuro. En esa región
se han borrado las religiones, las diferencias por algo que sucede en la
historia. Comencé a escribirla en argento
y luego opté por un idioma “neutro” ya que me sonaba poco real que esos
personajes, con apellido no comunes en mi país, hablaran como argentinos. Con
esto quiero decir que la forma de “habla” del narrador y la de los personajes
son importantes para brindar complejidad. Es la historia la que dirá qué
“habla” es preferible.
Por mi parte, como lectora, me gusta
leer en diferentes “hablas” porque aprendo cosas nuevas, palabras nuevas.
Siento que leer es como viajar, entrar en contacto con otras personas que hablan
diferente. No es un acto de empobrecimiento, sino de enriquecimiento. ¿Y qué
problema hay si no conocemos una palabra? Estamos colgados a los celulares todo
el día, ¿no podemos googlear esa
palabra y, de paso, aprender ese día?
Finalizo con el interrogante para
quienes dicen que “no se debe escribir en sudamericano”: si una novela está
ambientada en el actual territorio de Italia, pero en el siglo XII, no puede
escribirse ni en “español neutro” y tendría que respetar el habla de ese tiempo
y lugar. Ya nadie habla de esa manera. ¿Quién la entendería? Si una novela está
ambientada en Uranius, un país con aliencitos. ¿Debería estar escrita en uranius? Según algunas críticas que he
leído, sino no sería creíble.
Y si mis personajes son dos japoneses,
¿debo hacerlos hablar en japonés? No sería creíble un japonés que vive en
Japón y que no sepa hablar otra lengua, pero resulta que habla en español. No,
según mi punto de vista, ya que forma parte de una convención en el universo de
las ficciones. Nos imaginamos que habla japonés leyéndolo en español.
Y me despido con un mensaje de un
habitante de Uranius: “Jjosfjosfjidjf jfisjdifsjeumkm jjfifjidjfd jaja”. Se
admiten traducciones.
Nota:
las definiciones han sido extraídas del Diccionario
básico de lingüística de Elizabeth Traill, Alejandra Ávila y Gloria Pinal.
Ya me he pasado por tu blog y suscribo tus palabras. Muy bien argumentado y toda la razón. A mi me gusta que la gente de vez en cuando use el diccionario. ¡Yo lo uso todo el tiempo! Y también pienso que al estar escribiendo ficción a veces ese punto bizarro del acento tiene su gracia. Un alienígena hablando en porteño puede tener su aquel. Un saludo.
ResponderEliminarGracias por quedarte. La ficción sería un plomo si todos "hablaran" de la misma manera. Imaginate lo que se pierde con un personaje tanguero hablando en castellano neutro. Besos!!
ResponderEliminarGracias es lo que pensaba estoy en una novela conpersonajes de China, El Salvador y Australia.Me gustan las palabras que ponen los salvadorenos, ahora que cuando la traduzcan al ingles todo lo de espanol no lo van a disfrutar el libro va ser bilingue.
ResponderEliminarHola, nos suele pasar a los argentinos que cuando leemos "joder" o "coño" y viene de una traducción del inglés nos sueña raro, pero entendemos que está traducida al español que se habla en España. Se pierde mucho con las traducciones. Besos!
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