domingo, noviembre 29, 2015

Tras los pasos de...




Vengo con nuevas secciones estos días. Al comienzo uno se deja llevar por las que casi todos los blogs de lectura poseen, pero ahora que ya pasó más de un año, me van surgiendo ideas como “Tras los pasos…” donde investigo y busco información de los lugares que se mencionan en las novelas. Así aprendo y viajo aunque sea con la imaginación.
         Había comenzado con esta idea cuando escribía la entrada sobre mi lectura pero luego pensé que recargaría menos el post si lo hacía aparte. Así que “Tras los pasos de…” ahora será una nueva sección. Había pensando en llamarla también “Itinerarios literarios” pero sonaba demasiado pomposo y encima tiene una rima tonta. En ella, como dije, seguiré los itinerarios de los personajes de las novelas, los sitios que recorren, que mencionan, donde se hospedan o donde mueren. En algunos casos los sitios son obras de la ficción, bueno todos lo son, y no aluden a un espacio real, por ejemplo,  el pueblo de Comala en Pedro Páramo o Vallejos en Boquitas Pintadas. En ese caso buscaré lugares que me recuerdan al mencionado en la novela o aquellos que los autores dicen haberse inspirado.




         Leer es viajar con la imaginación de la mano de los personajes, adentrarnos en un mundo nuevo, observado con otros ojos. Me pasa muchas veces, incluso cuando escribo, que ese sitio de vuelve un sitio por donde estuve.  ¿No se acuerdan de un café, una plaza, la distribución de una calle descritos en una novela, ya un recuerdo de un lugar donde estuvieron?

Buenas lecturas!
Keren Verna

Obras completas de Sally Mara - R. Queneau (Frases Subrayadas)





No sabe dónde colgar su amor. Su vida carece de percha.

La humanidad es muy rara. En fin, se necesita de todo para hacer un mundo.

Las mujeres son siempre demasiado buenas con los hombres.


No me disgustaría haber apreciado a un hombre que se hubiera negativizado en el agua salada de los océanos. Me parece que por las noches, los días de tormentas blancas, vería su fantasma, tan verde como los flecos de una ostra.


Con todo, no debo ser demasiado exigente conmigo misma, porque no podría arreglármelas.


Hamlet: «Hay más cosas en el cielo y sobre la tierra de las que puede soñar la filosofía».



Ya no sé quién lo dijo, pero la vida se muestra a menudo mucho más extraña que una novela. Es un problema que deberé afrontar cuando escriba la mía: ¿hay que ser más o menos increíble que la realidad? ¿Hay que cargar las tintas o proceder con cuentagotas? ¿Hay que endurecerse o ablandarse? ¿Hay que meter o sacar? ¡Ay, mierda! ¡Qué difícil es el arte!


—No todos los culpables se entregan —ha dicho mamá—. Si lo hicieran, ya no se podrían leer novelas policíacas.


—Ahora tengo ganas de hacer mangos para cortaplumas. El botón no tiene porvenir. Debido a la cremallera.


Un mechón de pelo le acuchillaba la frente angosta, y lucía un bigotito de cabo austríaco.


Dios: El no-ser que más ha logrado que hablen de él.


La muerte: Lo débil del fuerte.

Aritmética afectiva: El amor: 1 + 1 = 1. El orgullo: 1 x 1 = 10. La vanidad: 0,1 x 0 = 10. El complejo de inferioridad: 1 x 1 = 0. El complejo de Edipo: 1 + 2 = -2. La angustia: 1 x ∞ = 13. La voluntad: 0 x ∞ = 0,01. El crimen: 1 + 1 = 1 + 0. La justicia de los hombres: (1 + 1) (0 + 1/2) = 0 + 0. El misticismo: 1 x ∞ = 7. La gilipollez: 1/∞ = 0. La fe: 3 = 1. La caridad: 1000 - 1 = 999. La esperanza: x = 15 000 000. La avidez: 1 + 1000 = 1,08. La lujuria: 1 + 1 = 32. La cólera: 1 x 1 = 36. La avaricia: 1000 + 1000 = 0,25.


Meditación: Mis reflexiones se reflejaron en las paredes de mi cráneo y se volvieron más reflexivas.


Las patitas VII: Tras siglos de investigación, acabaron advirtiendo que el triángulo rectángulo isósceles tenía patitas.

El nervio necróptico: Permite ver los fantasmas.

Geometría en el espacio: Un guisante: la pocosfera. Una miga de pan: la panisfera. Un erizo: la herisfera. Un cráneo: la servosfera. Una corteza: la perisfera.

Metafísica I: Por modestia, Dios no existe.

Vivir II: La desgracia no va más allá que su sombra.



 Citas pertenecientes a la novela de R. Queneau, Obras completas de Sally Mara



sábado, noviembre 28, 2015

Lo logré (escribir)

Luego de varios días sin escribir, estuve enferma y procrastinando, viendo que ya es 28 restan dos días para terminar en NanoWrimo, me puse a escribir como loca, con un sahumerio, lámpara de sal encendida con su luz naranja buena onda y un sonido de lluvia de fondo. Ni mi gata tirando todo me hizo levantarme. Casi 4000 palabras en cuatro horas y pasando las 50.000 palabras terminé el 30 % de mi novela. Así que el NanoWrimo si bien lo he logrado, seguiré en diciembre hasta terminar la novela, el primer borrador
.
Ánimo para todos. El Nano es un evento individual, un desafío personal. Para unos serán mil palabras, para otros cien mil. Escribir una novela no es escribir un borrador. Luego siguen las horas y horas de corrección, la peor parte, la que menos disfruto.


         Vuelvo a cerrar este año con esta experiencia  positiva, que me impulsó y me impulsa a escribir. Sabrán perdonarme este rapto de ego. ¡Lo logré!










jueves, noviembre 26, 2015

Sobre escribir - Manuel Puig (Escribir)






Con regularidad. Y no puede ser de otro modo. Cuando uno hace novelas tiene que ser así. Yo trabajo todos los días. Y todos los días tengo la misma resistencia a sentarme y seguir. 

Por lo menos me demanda un enorme esfuerzo. Creo que hay allí, en esa resistencia a empezar, cada día, el terror a la página en blanco, el terror de equivocarme. La cuestión es que hay, antes de sentarme, una hora o dos, en que doy vueltas y vueltas y vueltas. Todos los días es lo mismo, desde hace 20 años. Más, hace 21 años que escribo y esto no cambia. Al contrario, cada vez se hace más difícil.

Se necesita un grado de concentración muy profundo para tocar la zona que uno quiere. Entonces hay que hacer un gran esfuerzo para no escuchar la primera voz que se oye. En general, la primera voz es la de las influencias, la del conformismo. Hay que tratar de llegar a otros sustratos.


Yo tengo bastante poca resistencia. Me canso muy rápido. Si estoy cansado tengo que dejar esté donde esté. A la mañana corrijo. A veces corrijo traducciones. A la tarde, entre cuatro y ocho, escribo.


Cuando yo empiezo a trabajar en una novela es porque he encontrado un personaje con el que siento una afinidad especial. Es a través de ese personaje que yo planto cosas que no podría plantearme en mí mismo directamente. A través de él me planteo problemas míos no resueltos.



Yo quería hacer cine. Hacía guiones con temas muy escapistas en general que además, copiaban películas de Hollywood, y que, además, no gustaban a nadie.


Decidí entonces hacer una especie de bosquejo previo de cada personaje a fin de aclarármelos. Ese bosquejo tampoco sabía cómo hacerlo. Lo que sí tenía claro en la memoria era la voz de los personajes. No sabía tampoco si quería hablar de los personajes en tercera persona (...) Hablar en tercera persona significaba juzgarlos y esto me resultaba antipático. Lo que sí me pareció posible fue comenzar a registrar la voz de cada uno de ellos.

La anécdota se deriva del carácter de los personajes. Si se colocan varios personajes juntos y se los conoce bien, uno sabe qué hará cada uno de ellos.



A mí me gusta no darle todo resuelto al lector. Ofrecerle los elementos y, a la vez, un tiempo durante el cual pueda él poner en orden los datos que yo le doy y extraer sus propias deducciones.


...que ya la novela del siglo XIX ha analizado tan bien los contenidos conscientes de la psiquis, que si uno quiere hacer algo nuevo no tiene más remedio que buscar esos otros, pero que son tan ricos.... allí donde lo individual se vuelve colectivo y donde cesa la aparente libertad de elección del individuo. Allí donde el individuo, lo sepa o no, está manipulado totalmente por el inconsciente colectivo.


Al escribir esta novela sentía que era absolutamente necesario dar el panorama político de la protagonista, para que el lector termine de comprenderla. Ella es un producto de su época, que no ha surgido por generación espontánea, como los hongos del campo, y la época que le ha tocado es altamente politizada.






A mí, los géneros populares me tocan. El melodrama, la comedia musical, por ejemplo. Y trato de desentrañar los elementos válidos que puedan tener e incorporarlos en mis obras.


Lo que más me molestaba era ese problema con la autoridad, con la prepotencia.


Creo que en mis personajes y en mi vida he ido separando cada vez con más exactitud lo que hay de aceptación del sistema y las verdaderas necesidades de las personas.






miércoles, noviembre 18, 2015

Seudónimos I (Escribir)

Llamame Juliet Pompadour


¿Es conveniente usar seudónimo?

Cuando digo seudónimo se me aparece el rostro de Pessoa. Creo que fue a raíz de un documental donde hablaban de sus heterónimos. Pessoa es el campeón de los heterónimos ya que llegó a crear  unos 70.
         El heterónimo es el nombre ficticio a quien se le atribuye la obra. En cambio, el seudónimo es un nombre alternativo que utiliza un autor para enmascarar el propio. Por último, el ortónimo es el nombre del escritor quien crea los heterónimos.





¿Usar o no seudónimo?

Esto ya es decisión personal y creo que cada uno tiene que elegir según se sienta más cómodo. En mi caso uso un seudónimo: Keren Verna. Antes usé mi nombre. Antes un seudónimo. Antes de eso mi nombre. ¿Qué me lleva a usar un seudónimo nuevamente? Luego de quemarme muchas veces en las redes por el accionar de los troles, haters o quienes solo pueden destruir, decidí apartar mi nombre real del escaparate. Por otro lado, tengo un trabajo donde se compite por el puesto laboral y eso siempre saca lo peor de las personas, por lo general, como buscar información privada para hacerla pública como parte del viboreo para desprestigiar, esas técnicas de balancín profesional. No queda otra que usar  la campana de Maxwell Smart como escudo para evitar la destrucción. Hay algunos que se energizan con esos rumores, que corren a chusmear y les encanta participar en todos esos espacios de competición gratuita donde se juntan a construir algo donde, como efecto secundario, destruye a otro.  Se hacen tantas cosas tras de esas caretas de cartón corrugado.



Entonces, mi seudónimo me separa de los otros espacios donde discurro. Tiene su parte negativa: me aísla de algunos que conozco o no lo entienden. ¿Debo poner en mi currículum lo que escribo bajo seudónimo? Si responde que sí, ¿para qué escribí con seudónimo? Si respondo que no, todo ese espacio de escritura queda por fuera de mi experiencia, no puedo decir que tengo un libro publicado, ni que he participado en una revista. Y es agotador desdoblarse para ganar experiencia en una multitud de planos.

¿Por qué han usado seudónimo?
No hay una sola respuesta. Algunas son:


1.Para evitar los prejuicios por ser mujer. Ejemplo, George Sand.
2.Para utilizar un nombre que no sea generalizado y común. Ejemplo, Mark Twain.
3.Para evitar la persecución política. Ejemplo, Mariano José de Larra
4.Para ocultar la personalidad ante una necesidad específica. Ejemplo, Doris Lessing.
Un ejemplo interesante es el de Romain Gary, el seudónimo de Emile Ajar, con uno era despreciado y con el otro exaltado y además ganó el premio Gouncourt con ambos.  
5.Para proteger la privacidad.
Para escribir con libertad y evitar señalamientos. Pauline Réage era el seudónimo de la intelectual para Anne Desclos, autora de la novela erótica Historia de O.
6.Unir dos en uno. Dos autores que escriben juntos y publican bajo un seudónimo como el caso de Borges y Bioy Casares que escribieron bajo el seudónimo de H. Bustos Domecq.



¿Qué opinan de usar un seudónimo?

Buena lectura!


Obras completas de Sally Mara - Raymond Queneau (Mi Lectura)


Obras completas de Sally Mara
Raymond Queneau
2014
Blackie Books
416 páginas
9788494167621
Título original: Les oeuvres complètes de Sally Mara

 En GoodReads
 Boris Vian se inventó el escritor Vernon Sullivan, al que hizo autor de Escupiré sobre vuestras tumbas, parodia del género negro que, entre otros éxitos, consiguió enfurecer, y de qué manera, a la censura.Para no ser menos que Vian, su amigo Raymond Queneau –«ejemplo excepcional de escritor culto y sabio,» según Italo Calvino– se sacó de la manga el heterónimo Sally Mara: ingenua jovencita irlandesa capaz de escribir un divertidísimo remake de los folletines en boga en la época, o de relatar, en su Diario íntimo, sus vivencias de persona con los pies en el suelo, la cabeza en las nubes y el resto del cuerpo... digamos que el resto del cuerpo en permanente exploración sicalíptica. Hasta el punto de que, de su admirado «escritor culto y sabio» tuvo que decir Calvino: «Tengo la sensación de que hay obscenidades por todas partes (¿o soy yo, que estoy obsesionado?)».
Una auténtica joya literaria del humor y la imaginación. Que es urgente leer hoy, antes de que vuelva la censura. 




Se ha marchado.
El barco se va, esparciendo humo monótono en la pantalla del cielo. Silba. Se ahoga. Y se lleva a Monsieur Presle, mi profesor de lengua francesa.
He agitado el pañuelo, lo empapo de lágrimas, antes, esta noche, de apretarlo entre las piernas, contra el corazón. ¡Oh, God, quién conocerá alguna vez mi tormento! ¡Quién sabrá que ese Monsieur Presle se lleva consigo toda mi alma, que seguramente es inmortal! Nunca me hizo nada Michel. Monsieur Presle, quiero decir. Sé que los señores de su edad hacen cosas a las jóvenes alocadas de la mía. ¿Qué cosas y por qué? Lo ignoro. Yo soy virgen, es decir, jamás he sido explotada («tierra virgen: tierra que nunca ha sido explotada», dice mi diccionario). Monsieur Presle no me tocó nunca. Apenas su mano sobre la mía. A veces la deslizaba a lo largo de mi espalda para golpetearme levemente el pompis. Simples gestos de cortesía. Me enseñó francés. ¡Con obstinación! Y no me enseñó demasiado mal, puesto que, en su honor, en recuerdo de su partida, quiero decir, a partir de hoy, de ahora, voy a escribir mi diario en su lengua materna. Serán mis escritos franceses. Y los otros, mis ingleses, los arrojaré al fuego.


MI LECTURA

Luego de la lectura de Ejercicios de estilo, que según el autor fueron escrito bajo el influjo de El arte de la fuga de Johann Sebastian Bach,  quise seguir leyendo más de Raymond Queneau y además tenía ganas de leer algo de humor. Así llegué a Obra completa de Sally Mara.


         La obra consta de tres partes y se inicia con una obertura escrita por Enrique Vila-Matas. La primera parte es el diario de Sally donde ella narra su deseo de ser escritora y de escribir su novela en gaélico para lo cual busca un profesor particular. Vamos descubriendo la vida de Sally, una joven alocada, que se hace la ingenua, capaz de abrazar una estatua en los momentos de soledad, desarmar de una paliza a un hombre y beber a la par de su hermano. Su familia no se queda atrás y acompaña a Sally en ciertas locuras.

—No todos los culpables se entregan —ha dicho mamá—. Si lo hicieran, ya no se podrían leer novelas policíacas.



La construcción de los personajes me encantó, así tan excéntricos, desatados, pícaros. Algunas escenas me hicieron reír mucho, sobre todo cuando satiriza el estilo de vida de ciertas familias, las costumbres de la época.

—Ahora tengo ganas de hacer mangos para cortaplumas. El botón no tiene porvenir. Debido a la cremallera.



         La segunda parte, la obra escrita por Sally,  Siempre somos demasiado buenos con las mujeres, no la disfruté tanto como la primera porque me cuesta reírme cuando el contexto es una guerra. Me resultó un poco triste y cruda. El título es un guiño que se entiende luego de leer el diario donde Sally le dice a su hermano: Las mujeres son siempre demasiado buenas con los hombres. En esta sección narra la rebelión de un grupo de irlandeses, enfrentados a los ingleses, quienes toman la oficina de correos. Esta parte está basada en un suceso real conocido como Alzamiento de Pascua en 1916. En esta oficina, los insurrectos se cruzarán con dos mujeres quienes interrumpirá sufrirán las consecuencias a la par que ellos, originando enredos de diversos tipos. Esta obra fue editada por separado y es anterior a los diarios de Sally.


La tercera parte consiste en una serie de greguerías que me encantaron. Comparto algunas.

Vivir II: La desgracia no va más allá que su sombra.

Dios: El no-ser que más ha logrado que hablen de él.

La muerte: Lo débil del fuerte.

Aritmética afectiva: El amor: 1 + 1 = 1. El orgullo: 1 x 1 = 10. La vanidad: 0,1 x 0 = 10. El complejo de inferioridad: 1 x 1 = 0. El complejo de Edipo: 1 + 2 = -2. La angustia: 1 x ∞ = 13. La voluntad: 0 x ∞ = 0,01. El crimen: 1 + 1 = 1 + 0. La justicia de los hombres: (1 + 1) (0 + 1/2) = 0 + 0. El misticismo: 1 x ∞ = 7. La gilipollez: 1/∞ = 0. La fe: 3 = 1. La caridad: 1000 - 1 = 999. La esperanza: x = 15 000 000. La avidez: 1 + 1000 = 1,08. La lujuria: 1 + 1 = 32. La cólera: 1 x 1 = 36. La avaricia: 1000 + 1000 = 0,25.

El humor: El humor es un intento de lijar la gilipollez de los grandes sentimientos.

Meditación: Mis reflexiones se reflejaron en las paredes de mi cráneo y se volvieron más reflexivas.

Las patitas VII: Tras siglos de investigación, acabaron advirtiendo que el triángulo rectángulo isósceles tenía patitas.

El nervio necróptico: Permite ver los fantasmas.

Geometría en el espacio: Un guisante: la pocosfera. Una miga de pan: la panisfera. Un erizo: la herisfera. Un cráneo: la servosfera. Una corteza: la perisfera.

Metafísica I: Por modestia, Dios no existe.



CONCLUSIÓN

Es una obra de humor, con mucha ironía y un tono picaresco. Podemos leer el rol de la mujer así como ciertas costumbres que el autor satiriza como la crianza, la guerra, las relaciones entre los géneros.
         El personaje de Sally Mara me encantó, con su visión inocente de las cosas, con su determinación y su manera particular de observar el mundo.
¡Finnegans Wake!




Fuente de las imágenes: Wikipedia - Joancasaramona

domingo, noviembre 15, 2015

Diario de duelo - R. Barthes (Frases Subrayadas)





En cuanto alguien está muerto, construcción enloquecida del porvenir (cambio de muebles, etc.): futuromanía.


Irritación. No, el duelo (la depresión) es algo distinto de una enfermedad. ¿De qué quieren que me cure? ¿Para encontrar qué estado, qué vida? Si hay trabajo, el que será dado a luz no es un ser plano, sino un ser moral, un sujeto de valor —y no de integración.


Está, aquí, el principio solemne del gran, largo duelo.


En la frase: «Ella ya no sufre», ¿a qué, a quién remite «ella»? ¿Qué quiere decir ese presente?


… que esta muerte no me destruya por completo, quiere decir que decididamente quiero vivir perdidamente, hasta la locura, y que por lo tanto el miedo de mi propia muerte está ahí, no se ha desplazado ni una pulgada.




Muchos seres me aman todavía, pero desde ahora mi muerte no matará a ninguno.


Así puedo cernir mi duelo. No está directamente en la soledad, en lo empírico, etc.; tengo ahí una especie de soltura, de dominio que debe hacer creer a la gente que tengo menos dolor del que habrían pensado. Está ahí donde se vuelve a desgarrar la relación de amor; el «nos amábamos». El punto que quema más en el punto más abstracto…

 Hay un tiempo en que la muerte es un acontecimiento, una a-ventura, y con ese derecho moviliza, interesa, tiende, activa, tetaniza. Y luego un día, ya no es un acontecimiento sino otra duración, amontonada, insignificante, no narrada, gris, sin recurso: duelo verdadero insusceptible de una dialéctica narrativa.



En mí, luchan la muerte y la vida.

Todas las sociedades sabias, no obstante, han prescrito y codificado la exteriorización del duelo. Malestar de la nuestra en lo que ella niega el duelo.


Ya no está ahí y será para nunca; una suerte de ala negra (de lo definitivo) pasa sobre mí y me corta el aliento; un dolor tan agudo que se diría que para sobrevivir derivo de inmediato hacia otra cosa.


No se olvida, pero algo de átono se instala en uno.


  



Más info en: Mi lectura del libro

Fuente de imágenes: unsplash


jueves, noviembre 12, 2015

Nanoresumen (Escribir)

NANORESUMEN (ESCRIBIR)

Ya pasaron más de 10 días de participación en el Nanowrimo2015. Llevo escrito casi 30.000 palabras. Ha sido muy positivo y me ayudaron muchas cosas:

1.Planificación.  Durante octubre planifiqué la novela escena por escena, primero ampliando el tema general, luego armando una línea temporal con los acontecimientos principales y luego armando el orden de la trama. Si bien es una guía y ya el primer día, al escribir, la he cambiado, me ayuda a no bloquearme y a saber qué tengo que escribir día a día. Además diagramé la trama marcando los conflictos lo cual me permitió tener de una sola vista toda la novela.




2.Investigación previa. A la par de la planificación fui investigando sobre biogás, baterías, bunkers, totalitarismos, etc. Eso me sirvió para ir enriqueciendo la trama y para disponer de los datos bien apuntados y ya desarrollado, para no dudar a la hora de escribir con la mayor verosimilitud.

3.Descripción etnográfica. Casi como una etnografía, armé en unas fichas separadas por temas cómo era la sociedad ficticia del futuro: economía, ritos, organización, lugar, historia. Además, dentro de cada una, por ejemplo, separé en: ritos funerarios, ritos de pasajes, ritos de nacimiento, otros ritos. Ese material me ayuda también a no bloquearme. Así fui creando nombres de zonas, nombres de ritos, de alimentos, de tecnologías. Además agregué planos que dibujé a mano para orientarme dónde estaba cada cosa. El plano de la colonia, el plano del espacio del protagonista. Luego armé fichas para los personajes principales.



4.Escribir a diario. Es lo fundamental. Escribir con ganas o sin ganas. Escribir como un rito. Me ayuda tomarlo como una rutina placentera. Preparar café, prender un sahumerio, poner sonido de mar de fondo o de lluvia, disponer de dos horas.  Aprovecho el fin de semana para escribir el doble, lo más que pueda, así adelanto cuando los días en que llego del trabajo cansada y sin energía mi productividad es casi nula.

5.Cuaderno anti-bloqueo. Es un cuaderno donde escribo de manera automática cuando almuerzo, en la espera del colectivo, mientras hago cola en el banco, en casa mientras se cocina el arroz. Allí compilo textos de escritura libre y otras cosas de las que hablaré en un post en estos días. Me ayuda a tomar cosas de allí cuando vengo con la energía creativa en decadencia.

6.Compartir. Entrar al foro del Nano, compartir con otros la experiencia, es motivador. Cuando uno lee cosas como: “estaré escribiendo toda la tarde bla bla”, uno se motiva al no sentirse tan solo. Motiva mucho unirse con otros escritores, compartir inseguridades y darse ánimos. Uno se da cuenta que las dudas que tenés no son únicas, que los demás también transitan las mismas incertidumbres. Creo que el Nanowrimo es esto más que nada, un compromiso a escribir pero compartido. Sería genial poder armar un grupo de escritura en mi ciudad para acompañarse y aprender juntos.

7.Fomentar la curiosidad de aprender. Es lo que más me impulsa a escribir. Aprender, probar estilos distintos, experimentar con el lenguaje. Jugar como un niño. Jugar. Inventar palabras. Inventar una ciudad. Combinar palabras disímiles. Permitirse jugar, romper las normas, sentirse libre, fomentar la creatividad, aspecto fundamental para escribir.

8.Sentirse escritores. No quiero decir que adopten pose de Bukowski y hagan cosas locas, pero sí saberse escritores y actuar en consecuencia. Ser afirmativos: soy escritor, puedo escribir y tengo talento, etc. No se trata tampoco de elevarse con un ego superinflado; se trata de no dejarse minar la autoestima. Me he creado mis propias frases inspiradoras como: escribo porque me hace feliz, escribo porque es lo que deseo ofrecer al mundo. Pueden crear las suyas, tenerlas a mano, repetirlas a diario. ¿Por qué escribo? ¿Qué me otorga la escritura? ¿Qué otorgo a la escritura?


También se puede investigar sobre la vida de escritores, recopilar esas frases que nos impulsan a escribir, saber que para los demás no ha sido fácil tampoco y que incluso, algunos han invertido diez años en escribir una novela, como es el caso Ánima, novela que justo terminé hace unos días. 


Cierro con tres textos, el primero es de  George Orwell,  el segundo de Enrique Vila-Matas y el tercero es un fragmento de un poema de Enrique Lihn.


Todos los escritores son vanidosos, egoístas y perezosos, y en el mismo fondo de sus motivos hay un misterio. Escribir un libro es una lucha horrible y agotadora, como una larga y penosa enfermedad. Nunca debería uno emprender esa tarea si no le impulsara algún demonio al que no se puede resistir y comprender. Por lo que uno sabe, ese demonio es sencillamente el mismo instinto que hace a un bebé lloriquear para llamar la atención. Y, sin embargo, es también cierto que nada legible puede escribir uno si no lucha constantemente por borrar la propia personalidad. La buena prosa es como un cristal de ventana. No puedo decir con certeza cuál de mis motivos es el más fuerte, pero sé cuáles de ellos merecen ser seguidos. Y volviendo la vista a lo que llevo escrito hasta ahora, veo que cuando me ha faltado un propósito político es invariablemente cuando he escrito libros sin vida y me he visto traicionado al escribir trozos llenos de fuegos artificiales, frases sin sentido, adjetivos decorativos y, en general, tonterías.



Plantearse escribir es adentrarse en un espacio peligroso, porque se entra en un oscuro túnel sin final, porque jamás se llega a la satisfacción plena, nunca se llega a escribir la obra perfecta o genial, y eso produce la más grande de las desazones. Antes se aprende a morir que a escribir. Y es que (como dice Justo Navarro) ser escritor, cuando ya se sabe escribir, es convertirse en un extraño, en un extranjero: tienes que empezar a traducirte a ti mismo. Escribir es hacerse pasar por otro, escribir es dejar de ser escritor o de querer parecerte a Mastroianni para simplemente escribir, escribir lo que escribirías si escribieras. Es algo terrible pero que recomiendo a todo el mundo, porque escribir es corregir la vida -aunque sólo corrijamos una sola coma al día-, es lo único que nos protege de las heridas insensatas y golpes absurdos que nos da la horrenda vida auténtica (debido a su carácter de horrenda, el tributo que debemos pagar para escribir y renunciar a parte de la vida auténtica no es pues tan duro como podría pensarse) o bien, como decía Italo Svevo, es lo mejor que podemos hacer en esta vida y, precisamente por ser lo mejor, deberíamos desear que lo hiciera todo el mundo.


Porque escribí no estuve en casa del verdugo
ni me dejé llevar por el amor a Dios
ni acepté que los hombres fueran dioses
ni me hice desear como escribiente
ni la pobreza me pareció atroz
ni el poder una cosa deseable
ni me lavé ni me ensucié las manos
ni fueron vírgenes mis mejores amigas
ni tuve como amigo a un fariseo
ni a pesar de la cólera
quise desbaratar a mi enemigo.

Pero escribí y me muero por mi cuenta,
porque escribí porque escribí estoy vivo


Buena lectura y escritura!
Keren Verna



Fuente de los textos: fundanin barcelonareview poemasdelalma



miércoles, noviembre 11, 2015

Diario de duelo - Roland Barthes (Mi lectura)

Diario de duelo
Roland Barthes
2009
Siglo XXI Editores
Páginas 273
Isbn: 9786070300721
Género: Diario

Desde el 26 de octubre de 1977 -al día siguiente de la muerte de su madre- hasta el 15 de septiembre de 1979, Roland Barthes llevó un diario de duelo, 330 fichas, marcadas por el dolor y el estilo único de Barthes. Uno de los libros más esperados de los últimos tiempos, inédito hasta ahora en castellano.  18 de agosto de 1978: En el lugar de la recámara donde estuvo enferma, donde murió y donde ahora vivo, en el muro contra el cual la cabecera de su cama se apoyaba, he puesto un icono —no por fe— y ahí pongo siempre flores sobre una mesa. Llego a no querer viajar más para poder estar ahí, para que las flores que están ahí nunca se marchiten. Desde el 26 de octubre de 1977 —al día siguiente de la muerte de su madre— hasta el 15 de septiembre de 1979, Roland Barthes llevó un diario de duelo, 330 fichas, la mayoría de ellas fechadas, que constituyen un conjunto publicado aquí por primera vez





¿Qué otro acontecimiento acerca más a los seres humanos que el dolor ante la muerte de quienes amamos?


Comencé a leer el libro cuando mi papá murió, siguiendo mi propio duelo. Creo en el sufrimiento, en el proceso personal de despedirse, en esos momentos donde sentimos que la vida es tan efímera que nos impulsan a vivir.
El libro reproduce las notas que Roland Barthes registró luego de la muerte de su madre. Son apuntes terriblemente lúcidos, dolorosos como es de esperarse, que nos muestran las idioteces de nuestra sociedad que nos impulsa a seguir como si nada hubiera pasado luego de barnizarnos con dos o tres frases prefabricadas: “todo sigue”, “la vida es bella”, “ahora está mejor y ya no sufre”.


Su madre, Henriette Binger se casó con Louis Barthes, quien murió en la I Guerra Mundial cuando Henriette tenía tan solo 23 años y Roland un año de edad.

 Irritación. No, el duelo (la depresión) es algo distinto de una enfermedad. ¿De qué quieren que me cure? ¿Para encontrar qué estado, qué vida? Si hay trabajo, el que será dado a luz no es un ser plano, sino un ser moral, un sujeto de valor —y no de integración.


Un diario es un espacio íntimo, una especie de diálogo privado, de acompañamiento, de fragmento de alma desnuda. Muchos apelan al diario durante toda su vida; otros, en alguna etapa, por lo general, dolorosa. Barthes comenzó a escribir en fichas, que luego constituirían este libro, el día después de la muerte de su madre, el 26 de octubre de 1977. Él vivió con su madre y la cuidó mientras ella transitaba una enfermedad con su posterior agonía. Estas fichas están redactas sobre todo en Urt y en París.
Queda también la discusión si la publicación de textos sin autorización del autor es ético o no, pero lo dejaré para otra entrada. Estas fichas fueron publicadas años después de la muerte de quien las escribió.


Durante la lectura nos sumergimos en un período donde el dolor no cede, lo cotidiano se torna el espacio de lo mortuorio. Con la lectura, uno revive su propio duelo, el que hacemos o el que hicimos. Hace años, cuando estaba investigando los aspectos simbólicos en los ritos funerarios contemporáneos, había leído que con solo podemos acercarnos a nuestra propia finitud con la muerte de los otros; todas esas muertes nos abren las puertas a la nuestra, y así, lloramos también, con anticipación, nuestra muerte, nos lloramos.


Una parte de mí vela en la desesperación; y simultáneamente otra se agita mentalmente arreglando mis asuntos más fútiles.


La forma en que el autor logra adentrarse en la fractura que fue desprenderse de su madre luego de su agonía hasta llegar al nudo de la existencia en nuestra sociedad, es admirable.


TRAS  LOS PASOS

El autor menciona algunas ciudades como París y Urt.
         Urt está situada en los Pirineos. Fue fundada como puerto fluvial por los pescadores.  Es un pueblo muy pintoresco,  con un bosque y un río, el Adour, linderos. En el centro está el ayuntamiento, la oficina de correos, la escuela y el supermercado.
         Roland Barth solía hablar de este lugar en sus textos. En 1961 compró la casa llamada Carborué.  Desde 1968, pasará allí cada verano, las vacaciones, leyendo, escuchando música, en la tranquilidad de Urt, lejos de París.

Busqué esta última ciudad en Google Maps. Comparto algunos rincones característicos.










CONCLUSIÓN
Subrayé muchísimas frases, casi todo el libro es para llevárselo para releer. Es un libro breve, se lee en una tarde, pero muy intenso.


Buena lectura!
Keren Verna




Fuentes: el país / rolandbarthesorg/ wiki /Google StreetView

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