viernes, octubre 31, 2014

Seda -Alessandro Baricco


SINOPSIS EDITORIAL

Ésta no es una novela. Ni siquiera es un cuento. Ésta es una historia. Empieza con un hombre que atraviesa el mundo, y acaba con un lago que permanece inmóvil, en una jornada de viento. El hombre se llama Hervé Joncour. El lago, no se sabe.
Se podría decir que es una historia de amor. Pero si solamente fuera eso, no habría valido la pena contarla. En ella están entremezclados deseos, y dolores, que se sabe muy bien lo que son, pero que no tienen un nombre exacto que los designe. Y, en todo caso, ese nombre no es amor. (Esto es algo muy antiguo. Cuando no se tiene un nombre para decir las cosas, entonces se utilizan historias. Así funciona. Desde hace siglos).
Todas las historias tienen una música propia. Esta tiene una música blanca. Es importante decirlo porque la música blanca es una música extraña, a veces te desconcierta: se ejecuta suavemente y se baila lentamente. Cuando la ejecutan bien es como oír el silencio y a los que la bailan estupendamente se les mira y parecen inmóviles. La música blanca es algo rematadamente difícil.
No hay mucho más que añadir. Quizá lo mejor sea aclarar que se trata de una historia decimonónica: lo justo para que nadie se espere aviones, lavadoras o psicoanalistas. No los hay. Quizá en otra ocasión.


MI LECTURA

En un pueblo de Francia llamado Lavilledieu, en  1861, Hervé Joncour deja la carrera militar por el comercio de gusanos de seda. A raíz de una peste que mata las larvas, viaja a Japón para obtener huevos no contaminados. Estas series de viajes resultarán centrales en la vida de Hervé.
        
         La historia comienza así:

Aunque su padre hubiera imaginado para él un brillante porvenir en el ejercito, Hervé Joncour había terminado por ganarse la vida con un oficio insólito, al cual no le era extraña, por singular ironía, una característica tan amable que traicionaba una vaga entonación femenina. Para vivir; Hervé Joncour compraba y vendía gusanos de seda.


La obra está narrada aproximándose a una prosa poética, por el lirismo, la extrema condensación, cierta mesura en las descripciones, los diálogos. Observamos en esta condensación una alta significatividad, una búsqueda de la palabra exacta quitando todas las palabras accesorias hasta llegar a un pulimento casi como en la labor del poeta. Los capítulos son cortos y es una lectura muy ágil.
         Además, en todo el texto aparecen repeticiones que posibilitan una musicalidad en la lectura, reafirmar lo dicho y ampliar lo ya nombrado. Algunas de estas repeticiones se focalizan en situar al lector en el tiempo mediante la alusión de sucesos contemporáneos y conocidos; otras, sobre su oficio, lo que le dice a su esposa, el itinerario hacia y desde Japón. En cuanto a esto último, el autor no se detiene en los obstáculos del viaje, en un detalle que el protagonista podría haber recordado sino que se resume en un itinerario como cuando alguien te dice cómo llegar a X lugar. Me pareció interesante este recurso para no desviar la mirada y aliviar la tensión con descripciones de espacios o detalles de un viaje que dura meses.

Cruzó la frontera francesa cerca de Metz, atravesó Württemberg y Baviera, entró en Austria, alcanzó en tren Viena y Budapest para luego proseguir hasta Kiev. Recorrió a caballo dos mil kilómetros de estepa rusa, superó los Urales, entró en Siberia, viajó por cuarenta días hasta encontrar el lago Bajkal, que la gente del lugar llamaba: el mar. Remontó el curso del río Amur, caboteando la frontera china hasta el océano, y cuando llegó al océano se detuvo en el puerto de Sabirk por once días, hasta que un barco de contrabandistas holandeses lo llevó a Cabo Teraya, sobre la costa oeste del Japón.
        
 Fuente de la imagen: Casa rural puerta de la vera


La mesura quizás es un artilugio que acompaña a la forma de ser del personaje principal. Incluso se evidencia en los diálogos, cortos, pulidos, directos.

—¿Cómo es el fin del mundo? —le preguntó Baldabiou.
—Invisible.

        

La obra me resultó novedosa por su manera de narrar, quizás hasta volcando una mirada oriental, con su estética minimalista, con la trayectoria siempre presente de lo silente y la contemplación. Se opone a la forma occidental de conocer por apoderarse. En el final, él contempla un lago como acceso a la reflexión de su propia vida, con una actitud hasta meditativa.

Me gustó muchísimo por la forma casi poética de narrar y condensar los sucesos sin apelar a descripciones sofocantes ni a sucesos que desvíen del hilo argumental. En este sentido, pensé si no es más un cuento que una novela. Las imágenes que se utilizan son muy líricas y otorgan al relato mucha belleza.
Fue adaptada al cine por François Girard estrenada en el año 2008. Fue traducida también como “Mensaje de amor”. No la vi aún así que no puedo decir mucho de la película. 






MENSAJES ENTRE LÍNEAS

Seguir los sueños buscando la voz propia.
A veces aquello que se busca en la lejanía está a tu lado.
La rutina y las costumbres, a veces, nos anestesian.
El pudor puede impedirnos vivir el amor con libertad.
La belleza de los paisajes está en la mirada.
La búsqueda de la libertad se inicia en nuestra actitud cotidiana.
Para escribir nuestro destino solo bastan dos palabras.




CITAS MARCADAS

Tal vez la vida, a veces, te cambia de una forma que no hay nada más que decir.

Morir de nostalgia por algo que no vivirás jamás.

Parecía un catálogo de huellas de pequeños pájaros, compilado con meticulosa locura. Era sorprendente pensar que en vez de eso eran signos, es decir, cenizas de una voz quemada.

Tenía los labios entreabiertos; parecían la prehistoria de una sonrisa.

Así vio, por último, de improviso, el cielo sobre el palacio mancharse con el vuelo de cientos de pájaros, como expulsados fuera de la tierra, pájaros de todo tipo, estupefactos, huir por todas partes, enloquecidos, cantando y gritando, pirotécnica explosión de alas y nube de colores disparada en la luz, y de sonidos, asustados, música en fuga, volando en el cielo.

Al sur, en medio de los limoneros y los olivos, construyeron una gran jaula. Hecha de hierro y madera, parecía un bordado suspendido en el aire.

Llegaron del salón las notas de un piano cansado: disolvían el tiempo, hasta hacerlo casi irreconocible.

Tenía los ojos fijos en los labios de Hervé Joncour, como si fueran las últimas líneas de una carta de adiós.


Me despido acá para quienes no leyeron el libro. Para quienes sí leyeron quizás les interese leer a continuación sobre algunas cuestiones de la trama, el final y demás.

Keren Verna




SIGUE SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER










Para quienes ya  leyeron el libro, me gustaría explayarme en otros aspectos como la presencia de la jaula, el cambio que sufre el protagonista y demás.
         Me pareció interesante la construcción del personaje principal, con su personalidad dócil, rutinaria, austera, sensible y su  vida sin excesos.

Tenía la inatacable serenidad de los hombres que se sienten en su lugar.

Como la desesperación era un exceso que no le pertenecía…

El resto de su tiempo lo consumía en una liturgia de hábitos que conseguían defenderlo de la infelicidad.

Su personalidad se resume en la imagen de la lluvia dócil, que cae sin más impulso que la distancia, que el vacío, por la fuerza de gravedad, por una ley foránea que la impulsa a caer, extranjera en su propio cuerpo cuya volición depende también de una energética externa.

Iba lloviendo su vida frente a sus ojos, sereno espectáculo.

Era, por otra parte, uno de esos hombres a los que les gusta asistir su propia vida, considerando impropia cualquier ambición de vivirla.

…dejaba que ese hombre volviera a escribirle ordenadamente su destino.

El tema de la falta de volición y la necesidad de un impulso foráneo para actuar o moverse de manifiesta en sus cambios de profesión y en una frase: “Al escuchar su propia voz decir”. Una voz que surge de un no pensamiento, no piensa y dice, le sorprende su voz que dice, como si la voz surgiera de otro.


Nadie parecía verlo, y él no parecía ver nada. Era un hilo de oro que corría derecho en la trama de un tapete tejido por un loco.


El descubrimiento de la mujer de Hare Kei, la fascinación y la atracción, será el interruptor en ese estado de estasis, lejos de su casa, de su barrio tan quieto, conservador y silente. A partir de sus viajes a Japón se desorganiza su rutina: viaja fuera de época, no cumple con los plazos, no consigue llegar a tiempo con los huevos que ya larva mueren, viaja con su esposa por placer y sin calendario, tomar decisiones por sí mismo. Acontece un cambio en Hervé.

         El gusano de seda con su transformación podría ser una metáfora de la vida del protagonista. En el último viaje los huevos eclosionan y las larvas mueren, no logran completar la transformación. Otra comparación es la jaula: vuelven los pájaros a la jaula por la costumbre o por el temor de la libertad. Él también volvió a su jaula, a su vida de domesticidad en ese pueblo tranquilo y constante. Incluso, cuando él comienza a cambiar, en el pueblo hablan mal de él, inventan sobre su vida. Cuando él vuelve a ser quien era, luego de la muerte de su mujer, a vivir en su casa, a ir a misa, otra vez hablan bien de él, recupera la estima social. El señalamiento social es una manera de separar a quien no cumpla una norma y es una manera de presión para que vuelva a los cauces considerados normales; es un mecanismo social más de fabricar docilidad y dominio. Hervé pasa sus últimos veinte años en su casa, contemplando el lago, en su jaula.

…su vida continuaría así para siempre.

         En el fondo, me resultó un final pesimista pero acorde a la personalidad del protagonista. Un final bien pensando.

         Otro personaje que acompaña al cambio de Hervé es su esposa, Hélene. Ella lo ama y comparte su forma de vida. Así como Hervé cambia a partir de sus viajes a Japón, también ella libera su domesticidad, su docilidad y su mesura pero al igual que con su esposo, no alcanza para una transformación total.



Nota:
La imagen con la frase fue tomada de Freepik


Nuestro lugar favorito para escribir, leer y estudiar

Estuve tres días sin conectarme a raíz de un tornado, ráfaga, ventarrón,  que se llevó puesto una parte del techo y unos cables, entre ellos Internet. Me tomé esos días de alejamiento y me leí dos libros pero no me puse con el plan de mi novela para el NaNoWrimo. A menos de doce horas del arranque de la maratón de escritura, es hora de ir armando el rincón para escribir, que es el que siempre uso pero que acondicioné un poco. Confieso que estoy ansiosa y quiero comenzar ya mismo. No sé cómo me estoy frenando.

         Como soy muy desordenada, me armé con telgopor y unos afiches, una pizarra para ir pegando con chinches ideas y dibujos para tener a mano.


Mi lista de elementos necesarios:

1.Café: beberé unos 30 litros en un mes como mínimo. No miento.
2.Ventilador: en Buenos Aires el calor desarma y no puedo ni pensar si tengo calor. Aire acondicionado, quizás, cuando me llueva una herencia.
3.Computadora: usaré el Word y quizás el WriteMonkey. Líneas de tiempo en formato Excel.
4.Listas y fichas: fichas de personajes, lista de eventos, lista de capítulos, líneas de tiempo
5.Diccionarios
6.Libros de poesía para la inspiración y la búsqueda de palabra al azar cuando llega el bloqueo
7.Cronograma con los plazos de escritura
8.Cartel de “Cuidado con mi perro que no comió”. Chiste. En caso de ser necesario cerrar la puerta con llave y espantar a todos.
9.Sonidos de lluvia, de viento, de mar para escribir. Como sigue el temporal, parece tendré sonido de lluvia y truenos en directo. 
10.Cuadernos nuevos, libreta nueva, marcadores, clips, y un kit básico de librería para anotar, diagramar, diseñar, dibujar como soporte a la escritura y en caso de que se corte la luz.
11.Planificación de comidas sanas para el mes de sedentaristmo. Excusas, yo siempre soy sedentaria.
12.Planificador del mes: comida para los gatos, visita al médico, trámites burocráticos, día de las compras,  para así saber qué día no podré escribir y compensarlo al siguiente.
13.Mis tazas favoritas.
14.Sahumerios inspiradores para que el ambiente sea agradable.

         Si bien uno puede escribir donde sea, válido también para leer y estudiar, lo ideal es armarse un pequeño espacio alejado de distractores como televisión, sitio de entrada y salida, etcétera. Si bien algunos escriben y leen con la televisión de fondo, yo no puedo. A lo sumo sonidos neutros que no me rapten la atención. Encontré varios recursos para utilizar a la hora de leer, escribir o estudiar.

Coffitivity: ofrece sonidos de fondo de café, apenas unos murmullos y tazas pero muy buen ambiente.
Rainycafé: como su nombre lo dice, son sonidos de cafetería y de lluvia que se pueden usar juntos o separados.
Noisli, ofrece más tipos de sonidos, incluidos de la naturaleza. Me gustó mucho el diseño muy minimalista. Lo interesante es que los sonidos pueden ir combinándose de manera muy sutil.
Rainy: combina distintos sonidos de lluvia con truenos.
Naturesoundsfs: permite combinar sonidos de la naturaleza y mezclarlos en distintas intensidades. Mi favorito es el sonido del mar. También hay otros sonidos especiales para meditar como campanas tibetanas.
Calm: también está muy bueno para tomarse un desncanso, relajarse con sonidos para meditar o para despejar la mente. Posee una voz que te acompaña para relajarte pero está en inglés.


 Rincón de G.B.Shaw (fuente)

Es importante que el rincón de lectura o escritura sea cómodo, agradable a la vista, sin desorden o con desorden creativo, ese que se arma a medida que llenamos de notas, apuntes. Según ciertas creencias orientales, como el feng shui, los objetos, la orientación de los muebles, la luz y demás puede obstaculizar o fortalecer la creatividad y la concentración. No es recomendable eso de acumular suciedad y objetos inservibles ya que nos distraen, en mi caso, con la culpa de todavía eso ahí. Opté por colocar la mesa de la computadora cerca de la ventana para descansar la vista mirando mis macetas o el cielo. Estoy de espada a la sala así no me distraigo. También es válido colocar objetos que nos gustan, fotos que nos inspiren. Mi portal de fotografía favorito es Photonet donde hay galerías con fotos ordenadas por temas. En mi rincón anterior había impreso algunas de estas fotos y las tenía pegadas en un corcho, junto frente a la vista, detrás de la computadora.

       Se puede armar un rincón sin demasiado dinero, apelando a la creatividad y a seleccionar colores y objetos que reflejen nuestra personalidad. También se puede optar por una decoración minimalista usando colores blancos y con apenas unos pocos objetos decorativos que rompan la unidad del blanco. Todo es cuestión de gustos. Eso sí, hay que estar ahí cómodos sino nos estaremos levantando a cada rato por la sensación de no estar en un lugar adecuado.

         Si se quieren inspirarse viendo los espacios de trabajo de otros artistas, hay varias webs que ofrecen hasta tours. Algunas son:

Bohonus: tour a los espacios de trabajo de artistas y se puede observar en vistas de 360º. Me encantó.
From your desk: además de mostrar el rincón donde cada artista trabaja, incorpora entrevistas. Lo malo es que está en inglés.
Habitaciones deescritores: es un espacio de The Guardian a, como lo indica el nombre, mostrar los escritorios de trabajo de escritores.

        
Para cerrar, cuando se quiere escribir uno debería poder hacerlo donde sea. Me despido con una foto de W. Faulkner escribiendo al aire libre y muy cómodo. 

Fuente de la foto: Flavorwire

Por Keren Verna

domingo, octubre 26, 2014

Los gormullos de Girondo

Pinda, pereo en su pedalera cócoro, panedero pericueto amanca lacoro y devirsueto amansicanto. No, no me volví chapita. 
            A veces para escribir, hay que demoler la pared de la represión así como aquella que construimos con años de aprendizajes. Hace unos años, cuando me animé a decir quiero escribir, escribía tan pulcra que todos mis personajes eran clones de “buen gusto”. No podía escribir ni una "mala" palabra como “culo”. Las palabras son palabras, no son buenas ni malas. El discurso de Roberto Fontanarrosa que diera en el Congreso de la Lengua del 2004 sobre las malas palabras está genial que por suerte está subido a Youtube



         Como ejercicio, lo que hice por entonces, fue abrir un documento de Word y comenzar a escribir chorreras de palabras que habitualmente se llaman “malas”. Listas y listas de puteadas, escritas con furor tal que me recordó a mi adolescencia cuando con compañeras de la escuela nos reíamos al encontrar “culo” en un diccionario.  Así fui demoliendo mi escritura tan acartonada. Idéntico ejercicio llevé a cabo con las escenas sexuales. Aún me cuestan, tengo que sincerarme. 

         No propongo un listado de palabras "cochinas" sino un juego que nos puede ayudar a aflojar y a liberar esa tensión que nos corrige y nos reprime a la hora de escribir. Me gusta jugar con las palabras pero me pasa que al rato de comenzar a escribir, comienzo a  castigarme con mi lado más tirano, aquel corrige y quiere pulir todo. Hablo de las jitanjáforas, un enunciado que no tiene sentido pero que suena bien mediante la invención de palabras y el sentido será de quién lea así como del contexto. Es gracioso como nuestra mente intenta buscarle un sentido a ese sinsentido. Casi se me explota el cerebro al leer de Girondo su poema llamado Mi lumía,  a la par que se me trababa la lengua con las palabras que nunca había pronunciado: 
Mi Lu
mi lubidulia
mi golocidalove
mi lu tan luz tan tu que me enlucielabisma
y descentratelura
y venusafrodea
y me nirvana el suyo la crucis los desalmes
con sus melimeleos
sus eropsiquisedas sus decúbitos lianas y dermiferios limbos y
gormullos
mi lu
mi luar
mi mito
demonoave dea rosa
mi pez hada
mi luvisita nimia
mi lubísnea
mi lu más lar
más lampo
mi pulpa lu de vértigo de galaxias de semen de misterio
mi lubella lusola
mi total lu plevida
mi toda lu
lumía.

Y aquí el recitado




Un poeta cubano, Mariano Brull, escribió un poema donde aparecía una palabra inventada: jitanjáfora. Esta palabra fue tomada por Alfonso Reyes, en 1929, para denominar a  este tipo de obras.

Filiflama alabe cundre
ala olalúnea alífera
alveola jitanjáfora
liris salumba salífera.
Olivia óleo olorife
alalai cánfora sandra
milingítara girófora
zumbra ulalindre calandra.


EJERCICIO 1

Propongo como ejercicio de liberación la escritura de una jitanjáfora cada tanto. Les dejo el comienzo de una que hice como disparador o pueden usar las de otros autores. No necesariamente tiene que tener forma de poema. Cortázar en Rayuela incorpora un fragmento de este estilo en el capítulo 68.

1.Como el fasgo sendal de la pandurga...
2.Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes.
3.El diablo liebre, fiebre, notiebre, sepilitiebre, y su  comitiva, chiva, estiva, silipitriva...

Referencias:
1.Camelánea espelifucia de Juan Pérez Zúñiga
2.Rayuela, Cortázar
3.El diablo liebre, Rafael Alberti


EJERCICIO 2

Tomar un texto, puede ser propio o de otro autor, y cambiarle las palabras, alterándolas hasta que pierdan el sentido original. Acá va un ejemplo que hice de un poema que no sé si llegarán a adivinar, es de una poeta mexicana.

Felocanto me adurna y le baberco
Lisondardo me berrece y yo le dorno
Purien no me petece ongaro unchito
yial me llorla tero no petorno
nasién me dora lafla masiflito
taquien teofre mastima chitocornio
predestio quene pendiera petorno
masculan lancen pretecios chorros

EJERCICIO 3

Palabras inventadas que suenan bien.


Suerte y si se animan, pueden postearlas en los comentarios así no me siento tan sola, divagando.


Keren Verna


viernes, octubre 24, 2014

El insólito peregrinaje de Harold Fry - Rachel Joyce




SINOPSIS EDITORIAL

Novela inteligente y admirablemente construida, con un desenlace inolvidable, esta primera obra de Rachel Joyce —actriz de teatro y guionista de la BBC— ya está entre los libros más vendidos de Reino Unido y Alemania. De próxima publicación en más de treinta idiomas, ha despertado una enorme expectación por la sobria autent icidad de su prosa, que con una historia tan original como algo disparatada logra calar hondo en el ánimo de quienes la leen. Una mañana cualquiera, mientras su mujer pasa el aspirador en el piso de arriba, Harold Fry sale de casa para echar una carta al buzón. Recién jubilado, Harold está lejos de imaginar que acaba de iniciar un viaje a pie de un extremo a otro del país. No lleva calzado ni ropa adecuada, ni siquiera un teléfono móvil, y mucho menos un mapa o una brújula. ¿Para qué iba a llevarlos? Tan sólo va al buzón de la esquina para responder a la misiva de Queenie Hennessy, una vieja amiga y compañera de trabajo quien, tras un silencio de casi veinte años, acaba de comunicarle que está ingresada en un hospital del norte a punto de morir de cáncer. Sin embargo, cuando Harold se dispone a enviar la carta, un impulso repentino lo conmina a llevar él mismo el mensaje a su destinataria. Por una vez en su vida, Harold toma una decisión sin pensar, pero su intuición le dice que su amiga Queenie hará algo igualmente impensable y se curará. Así comienza un largo peregrinaje que dará un vuelco total a su existencia. Mediante el sencillo acto de caminar, Harold emprende un viaje al encuentro de sí mismo, un largo recorrido, duro y placentero a la vez, que lo conducirá a descubrir sus verdaderos sentimientos y deseos que yacían adormecidos en su interior y, por encima de todo, a exorcizar el terrible recuerdo que marcó su vida.





MI LECTURA
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

         Antonio Machado


Como el título adelanta, y la sinopsis que casi cuenta todo el libro, Harold Fry comienza una extensa caminata para llevar esperanza a una antigua amiga, Queenie,  a quien conoció en su trabajo. A medida que camina, iremos entrándonos en su vida y descubriendo, junto a él, aspectos ocultos de su pasado.


Peregrino significa, doblemente, “extranjero” y “viajero” (1), y Harold reúne las dos condiciones. Es extranjero de esa vida nueva de jubilado, espacio que se abre novedoso y hostil, apartado de su vida de trabajador, de su vida anterior, como iniciado en su  rito de pasaje hacia su nueva vida. Todo su pasado se hace presente a partir de la carta de su amiga, de quien nada supo por unos veinte años. Como dice René Guenon: “El estado de errancia es también un período de probación”.

…más que caminar al encuentro de Queenie, huyera de sí mismo.

   

       La historia es muy emotiva. No obstante, pierde algo de credibilidad justamente en la actividad del personaje principal: pasaje de una vida sedentaria en la ancianidad a caminante imparable. Mi padre una vez me contó de su viaje de peregrinaje a Luján, que se realiza una vez al año en mi país, que hizo cuando era joven y casi no llegó, y eso que son apenas cientos de kilómetros. Me fue difícil imaginarme Harold caminando en esas condiciones, con la ropa puesta, con zapatos no aptos para caminar mucho, ni siquiera unas buenas zapatillas. No obstante, este detalle, la lectura es amena y entretenida, a veces dolorosa y otras, sorprendente. Además, se integran ciertos personajes con toques de excentricidad como me gustan lo cual otorga complejidad a ese sentido de caminar: por salvarse, por salvar a otro, por fe, por huida.

Mapa que muestra su camino: de Kingsbridge se había propuesto llegar caminando a Berwick, tomado del libro reseñado




Esta historia también puede ser leída como una metáfora de un viaje de descubrimiento y salvación. A medida que Harold pasa de pueblo en pueblo deambula por su pasado, de manera que la marcha no es nunca lineal. Nosotros lo acompañamos y recorremos junto a él los aspectos más dolorosos y esperanzadores de su vida. Es un viaje de renacimiento personal, el reconocimiento de nuestra propia fragilidad y hasta dónde podemos llegar con perseverancia.

Comprendió que el viaje que había emprendido para expiar los errores del pasado lo llevaría también a aceptar la extrañeza ajena.

Harold ya no medía la distancia en kilómetros, sino en recuerdos.

         Para quien quiera continuar con la historia, la autora debido al éxito con esta novela, ha escrito sobre Queenie, The last song of Miss Queenie, según leí en la sinopsis,  donde se muestra la reacción de Queenie cuando se entera de la proeza de Harold.  No diré más porque estaría haciendo spoiler del libro que estoy reseñando. Este libro se ha publicado este mes, hace unos días, el 7 octubre de 2014.



Recordé, con la lectura, el peregrinaje de los flagelantes en la Edad Media, los peregrinos a Luján para visitar a la Virgen María y los sitios que siempre quise conocer como Santiago de Compostela. También vino a mi memoria esa frase que dice que todos los viajes comienzan con el primer paso.

No podía dejar de relacionar el peregrino con el poema de Antonio Machado, que cité como epígrafe, y la interpretación de Serrat.

Si tendría que pensar en una música de fondo para leer esta novela, recomiendo a Audiomachine, Deep Heart (phenomena) por su belleza, por su fuerza y por su fluidez. Amo este tipo de música. ¿Quién puede permanecer estático ante una canción con la siguiente? 




FRASES SUBRAYADAS


Si ella lo suplía a todos los efectos, entonces ¿quién era él?

¿Cómo era posible que nunca se hubiese fijado en nada de aquello?

Tal vez uno veía algo más que el paisaje cuando se apeaba del coche y empezaba a hacer uso de sus pies.

Ver crecer a un hijo equivalía a sentirse cada vez más apartado de él.

Ya no recordaba los detalles del día que se conocieron, ni qué había visto en Harold. Sólo que la había sacado en algún baile de barrio y que a su madre le había parecido un chico de lo más vulgar.

A veces, al mirar atrás, se preguntaba dónde había quedado aquella joven temeraria.

Pero era lo que tocaba, y lo sabía. Sabía que debía seguir aferrándose con uñas y dientes a aquello en lo que deseaba creer, y hundiéndose una y otra vez bajo el peso de la verdad, hasta que al fin ésta acabara imponiéndose sin sombra de duda.

Las emociones nunca habían sido lo suyo.

Ambos llevaban años instalados en un lugar en que el lenguaje carecía de significado.

La gente salía a comprar leche o a llenar el depósito de gasolina, incluso a echar cartas al buzón, y lo que nadie más sabía era el terrible peso que cargaba dentro de sí, el esfuerzo sobrehumano que suponía a veces aparentar que se era normal y se formaba parte de cosas que parecían fáciles y cotidianas, la soledad que implicaba todo ello.

Como transeúnte, ocupaba una posición desde la que todas las cosas, y no sólo el paisaje, se abrían ante sus ojos.

…con el cuerpo tan tenso por el esfuerzo de estar a la escucha, que tenía la sensación de ser más silencio que persona.

…los vestidos maternos aparecieron desperdigados por toda la casa, como múltiples madres huecas.

Era la fragilidad de la gente lo que lo llenaba de asombro y ternura, así como la soledad intrínseca a cada ser humano.

El mundo estaba hecho de personas que, como él, se limitaban a dar un paso tras otro, y una vida cualquiera podía parecer vulgar y corriente sencillamente porque quien la vivía llevaba mucho tiempo haciéndolo.

A veces tenía la sensación de ser más recuerdo que presente.

Saber recibir era un don tan grande como saber dar, pues requería coraje y humildad.

—Si te paras a escuchar, nadie da tanto miedo.



MENSAJES


Rescaté de la lectura los siguientes mensajes:

-Con perseverancia se puede llegar lejos
-No hay que perder la esperanza nunca
-Aún cuando uno piensa que es tarde, se puede intentar
-Transformar la vida para que sea una aventura

 Y ustedes, ¿se animarían a partir con lo puesto para cruzar miles de kilómetros para alcanzar un sueño?



Notas:
1.René Guenon. A propósito de los pregrinajes.
La imagen de la frase pertenece al sitio Freepik


Por Keren  Verna



jueves, octubre 23, 2014

El orden de la trama



Preparando mis apuntes para comenzar el NaNoWriMo lo mejor posible, ayer estuve intentando darle forma a la sinopsis porque leí que se puede subir en el sitio oficial. Las ideas están en mi cabeza pero llevarla al papel ya es otro tema.
         Ante una sinopsis bastante sosa, decidí armar primero la trama. Escribí la trama lineal de todos los acontecimientos posibles, numerándolos según fragmentos con sentido propio y, quizás, podrían servirme como referencia para los capítulos. Dejo un ejemplo:

1.Nace L (aún no tengo los nombres de los personajes)
2.Infancia de L
3.Juventud de L
4.L deja el hogar
5.L conoce a R
6.Crecimiento personal y madurez de L
7.Separación de L
8.L se muda, reafirma su profesión y abandona el sueño de ser artista plástica
9.L conoce a K
10.Idilio de L con K
11.Fama de K
12.Alejamiento emocional de K
13.Reaparece un ex de K, M
14.Estancamiento profesional de L
15.Celos, depresión de L
16.Viajes de K
17.K de nuevo cerca de su ex, M.
18.Ruptura de L y K

Luego, ante esta especie de línea temporal (del pasado al presente),  pensé que escribir una historia tan lineal no era interesante porque el conflicto aparece en la parte 11. De esta manera el lector estará leyendo casi medio libro y no llegó a la parte jugosa de la historia.  Entonces, las partes son:

1.Introducción: 1 a 8
2.Conflicto: 9 a 16
3.Resolución del conflicto: 17 a 18

         Por eso las tarjetas las fabriqué en distintos colores: azul para la introducción, rosa para el conflicto, rojo para la resolución del conflicto y el final.


Las alternativas para armar la trama son varias:

1.Seguir la línea temporal.
2.Comenzar con el conflicto e incorporar cómo se llegó al conflicto, por qué los personajes reaccionan de esa manera contando parte de su pasado y luego cómo se resuelve el conflicto
3.Comenzar con el conflicto pero elidir partes que pueden no aportar mucho (parte 1, parte 2, etc.) para luego ir mechando y saltando de manera mezclada.
4.Comenzar con el final y luego seguir la línea temporal hasta llegar de nuevo al final. Sería una opción circular.


El comienzo de la historia es importante ya que decidirá si el lector sigue o se va. Un comienzo lento, largo, con mucha descripción, con la presentación meticulosa de los personajes de la ciudad, de la casa, hace que el lector se aburra porque quiere acción. Quizás uno escribe los comienzos para recalentar, para meterse en la historia por esto describe y describe.
La opción 1, seguir la línea temporal, me parece que no engancharía en mi historia. Comenzar con el conflicto podría picar la curiosidad de quien lee al querer enterarse qué fue lo que sucedió. Otra opción podría ser comenzar un poco antes del conflicto.
Para reacomodar la historia, recorté cartoncitos a los que asigné la numeración de cada uno de los fragmentos. Luego quité los fragmentos que me parecían poco relevantes y comencé a reacomodarlos optando por la opción 3, comenzar con conflicto y de ahí ir y venir con los fragmentos. Podría quedar algo así: 15.9.10.11.12.6.7.8.14.13.16.17.18
         Luego, para observar si quedaba armoniosa, conté la historia oralmente: L sufre de una depresión a raíz de problemas con su pareja, K. Asiste a un psicólogo empujada por sus amigas. Cuando la psicóloga le pregunta sobre su malestar L dice que todo comenzó el mismo día que conoció a K. Al comienzo todo iba de maravillas. K era atento, salían juntos, cocinaban juntos. Eran la pareja perfecta, según todos decían. Eran felices, se hacían felices. K alcanzó popularidad en su campo profesional, se rodea con sus nuevos amigos, las mujeres lo asedian en las redes y él responde porque es seductor, porque le gusta que todo esté a su alcance. K es fuerte y seguro pero L, a pesar de haber superado muchas crisis, aún sigue viéndose pequeña, insignificante…
         Esta misma idea se puede practicar con una novela que hayamos leído o que estemos leyendo pero haríamos al revés de mi ejercicio: comenzar por cómo ya el autor acomodó los fragmentos y luego recomponer la trama lineal.
         Seguramente, a medida que escribimos, usando como guía la ordenación de los fragmentos, vamos a quitar y remover cosas porque es sólo una guía, una posibilidad de ruta. Además, faltan los otros personajes y sucesos que se suman a la historia para hacerla más compleja.
         Mis pasos siguientes serán buscar un título y confeccionar las fichas de los personajes y los mapas de los espacios por dónde se moverán mis personajes, fotos de referencia para motivar la imaginación y elegir el narrador.

         En general, escribo sin planear mucho y me dejo llevar s, pero voy a intentar un trabajo más ordenado a ver si me va bien y si lo disfruto. Creo, que de todas maneras, uno está guiado por un hilo de fantasía  y ya se imagina por donde va la cosa. Algunos autores escriben con un plan rígido, otros se dejan llevar. No hay recetas ni normas. Lo que importa es el resultado final.

¿Se animan? ¿Qué les parece?


Keren Verna
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